Soft Realism

Diego Bianchi, Argentina.

Galerie Jocelyn Wolff, Paris, Francia – 2019
Fotos y texto cortesía de Galerie Jocelyn Wolff.

Una conversación vía email entre Diego Bianchi e Inés Huergo, sobre el trabajo de Bianchi y sobre Soft Realism

IH_ Hola Diego Tu charla con Rahma Kazham en la Maison de l’Amérique latine dejó algunos temas dando vueltas en mi cabeza y me encantaría escucharte hablar un poco más sobre ellos. A lo largo de tus muestras has logrado establecer un primer momento de incomodidad para el espectador, sacarlo de su lugar de confort para colocarlo frente a la muestra, frente a los objetos, frente a sí mismo en un estado de rareza no habitual y por lo tanto interesante de atravesar. En la charla usaste una palabra que no puede pasar desapercibida, perversión. Cómo lográs manejar la perversión? Podrías contarme más sobre cuál es el lugar de la perversión en tus obras y tus muestras?

DB_ En principio utilizo el término perversión siendo un poco irónico con su carga negativa y entendiendo a su vez el desvío como la única estrategia lógica que permite la deriva, los saltos semánticos, los encuentros imposibles. Justamente me interesa no controlar enteramente las situaciones, dentro de mi práctica oscilo constantemente entre control y no control, porque encuentro una tensión fructífera en este pasaje de ida y vuelta entre ambos estados. Parece entretejerse una relación ambigua entre el placer y el poder que me interesa manifestar. Supongo que distorsionar es el primer paso para socavar las formas de lo dado…

IH_ El cuerpo humano entró bastante temprano en tus instalaciones. Ese cuerpo que fue el tuyo en un principio, que después se triplicó y multiplicó, cambió definitivamente la percepción del objeto, por qué?

DB_ En mis primeras muestras me interesó ver a las personas en relación a los objetos y situaciones exhibidas. Más adelante en 2008 en mi primera muestra de (“proto”) esculturas “la formas que no son”, surgió la idea y necesidad de incluir la presencia humana en relación a los objetos y el espacio de exhibición: sobre una plataforma suspendida del techo sobre la sala plagada de cosas me recosté durante toda la inauguración, mostrando mi culo por un agujero. Entendí en ese momento que ese solo recorte del cuerpo, mi cuerpo, cambiaba la lectura de cada uno de los objetos, que pasaban a ser entendidos inequívocamente en relación a ese cuerpo, cada uno a su vez también adquiría cierta vivencia cierta personalidad. De ahí en más la presencia del cuerpo humano ingresó en distinta medida siempre en relación a los objetos, a la forma, a la composición, extremando sus posibilidades de asimilación como objeto en sí mismo.

IH_ Me contarías un poco más sobre el uso del maniquí? Remplaza o complementa al cuerpo humano?

DB_ Me interesan las representaciones del cuerpo que se basan en estereotipos, especialmente los maniquíes, a los que me gusta abordar desde su materialidad, utilizarlo como una forma transitoria, extremadamente manipulable, desarticulable, trozable y rearmable. Esta vez los utilicé como cáscaras, hice collages ‘franskensteniano’ para rellenar de masa blanda.

IH_ En la muestra actual usas marcos que resignifican de otra manera al objeto. Será esto parte de la relación amorosa que tenés con el objeto?

DB_ Tengo cierta obsesión con los objetos, y su momento de existencia, de visibilidad, de duración… Entiendo un marco como un recorte espacial pero sobre todo temporal, una captura, la retención de un evento. Un evento donde la nimiedad recobre relevancia y se vuelva importante.

IH_ También en la muestra actual en la galería te lanzaste al uso de materiales nuevos en tu práctica, qué posibilidades abrieron estos materiales?

DB_ Materiales nuevos, sí. Hace tiempo que vengo indagando en las relaciones entre tactilidad y visualidad. Parte de mi búsqueda contrapone, fricciona y reconcilia estos campos de la sensorialidad. Estos materiales me generaron mucho interés, me acercaron a cierta alquimia y me generaron dosis altas de adrenalina.

IH_ Por último quisiera saber que es soft realism para vos?

DB_ Una mezcla de sensaciones que tiene que ver con la materia blanda, con la dilución de las formas, con la pérdida de los contornos y las definiciones.
Pienso en lo que no opone resistencia, fluye pienso también en la inestabilidad como paisaje, en los colchones de las esquinas en el realismo y en el surrealismo torturándose que hace que las rectas se hagan curvas y las cosas y la gente se confundan entre sí y en la puerta de la heladera donde salchicha se enamore de aceituna.

IH_ Muchas gracias Diego por la generosidad con la que compartís tu pensamiento y sobre todo por la generosidad que se vuelca en la producción de tus muestras.

Un abrazo. Inés