Deck VII

Juan Gugger, Argentina.

Cité Internationale des Arts & Fondation d’entreprise Fiminco, París, Francia – 2020
Fotos: cortesía del artista

El artista argentino Juan Gugger presenta el proyecto “Deck VII” en dos etapas y contextos diferentes.
La primera instancia de este trabajo tuvo lugar dentro de la habitación que el artista ocupó durante su residencia en Cité Internationale des Arts, El artista se auto-sometió a convivir con el objeto proto-arquitectónico, el cual intercedió directamente en su vida cotidiana y en las capacidades arquitectónicas y funcionales del espacio. La intervención tiene como particularidad un carácter performático, en el que el artista desarrolla sus relaciones sociales y lleva a cabo actividades de distracción, reflexión y descanso alrededor y sobre su propia obra.

La segunda etapa se desarrolla en la Fondation d’entreprise Fiminco donde Gugger coloca la estructura apoyada sobre su lateral en el espacio de exhibición, generando otra perspectiva del trabajo y dotando la obra de funcionalidad.
Interesado en las posibilidades de adaptación de la estructura en relación a su función y designación conceptual, Gugger busca evidenciar la relatividad de la noción del objeto según el momento, el contexto y la circunstancia en que se inserta.

En este trabajo el artista explora la práctica escultórica como un acto de recolección de accidentes urbanos y de su apropiación como recurso escultórico, al mismo tiempo que entiende la instalación como el escenario y soporte donde desarrollar su intimidad y su experiencia de residencia artística.

Texto de Juan Gugger:

Durante seis meses en la Cité, desarrollé esta escultura proto-arquitectónica expandiéndola por todo mi dormitorio. Utilicé material de una exposición anterior en el Palais de Tokyo, y pallets que circulaban por las calles de Le Marais.

La forma y dimensiones de este objeto anulaban toda posibilidad de cerrar la ventana, transformando el espacio del cuarto en permanente intemperie. El lado más bajo de la rampa desembocaba en el alfeizar, cancelando las funciones de seguridad y confort de la arquitectura.

Debajo, el espacio cerrado concentraba el calor de la calefacción centralizada del edificio. Utilicé este espacio como depósito para guardar otros proyectos y ensayos.
Estuve durmiendo sobre esta estructura durante meses. El dormitorio se convirtió en un espacio vertiginoso pero hermoso, abierto a las condiciones de la calle.
Esta rampa se dividía en dos secciones de diferente inclinación. La parte más alta (150 cm.) era una cama, y tenía una inclinación de 10 grados. A los pies de la cama la pendiente cambiaba radicalmente, un tobogán que caía directamente a la calle Geoffroy l’Asnier.




Los techos de Paris tienen estos angulos que se quiebran. La experiencia de dormir sobre este Deck es parecida a dormir sobre un techo parisino. De alguna manera, lo que se “esculpe” en este trabajo, son las funciones y los “vectores-fuerza” de la arquitectura.



Los 10 grados de inclinación modifican la relación de mi cuerpo con la fuerza de gravedad, mi circulación sanguínea, oxigenación, distensión de los músculos, etc.
Al mismo tiempo, el resto de la rampa pone mi cuerpo en riesgo, y mi mente en alerta. El entorno demanda de una atención extrema (por ejemplo, para ir al baño en la noche o al levantarme por la mañana). Un movimiento inoportuno puede tirarme por la ventana.

Cuando encontramos un objeto aislado en el espacio, uno decide cuál es el diálogo corporal con ese objeto y también decide qué es el entorno, el fondo, la circunstancia, el background al que podemos desatender momentáneamente. Esta pieza intenta generar un switch en esa relación, de repente el entorno es la narración, y el objeto un background (que está definiendo toda la situación).

Las vibraciones de las cinco paredes y el piso son directamente transferidas a la plataforma (y a la cama). Cuando comienza a funcionar el metro por la mañana, siento las vibraciones del tren pasar en todo mi cuerpo. A veces, tomar el metro en Pont Marie me ha hecho pensar en mi cama, vibrando 40 metros arriba del andén.

No me interesa hacer un mueble nuevo. La imagen es la del pallet usado, son restos dañados del movimiento económico. Tuve que aprender a leer la información de los pallets. Los signos y colores indican el tipo de mercadería que trasladaban, los tratamientos químicos en la madera, o quiénes son los propietarios. Los pallets azules pertenecen a CHEP, una empresa australiana que alquila pallets, y que recicló todo su material de millones de pallets azules que dejó la marina estadounidense en territorio australiano durante la segunda guerra mundial. Es incomprobable, pero algunas de estas maderas pudieron haber participado de la guerra.

A veces me siento como una hoja seca, a merced de los vientos de la economía avanzada, los capitales y las instituciones. Los restos materiales de mi actividad son documentos de la relación esquizofrénica entre mi alma y la locura de este mundo que me tocó vivir.
Como elementos de un set de cine, estos restos pueden ser separados de su narrativa, y exhibidos en una galería o un museo.

I live on a mountain, right at the top. There’s a beautiful view from the top of the mountain. Every morning I walk towards the edge and throw little things off. Like car-parts, bottles and cutlery, or whatever I find lying around. It’s become a habit, a way to start the day.
It’s real early morning, no-one is awake
I’m back at my cliff. Still throwing things off.
I listen to the sounds they make on their way down
I follow with my eyes ’til they crash
Imagine what my body would sound like slamming against those rocks


Estoy interesado en como mi trabajo puede transformarse introduciéndolo en la narrativa de mi propia vida, mutando en su propia forma.



En Fondation Fiminco, trasladé esta “escultura protoarquitectónica” al espacio de exhibición. Arranqué esta estructura de su “site-specificity” o de su contexto original. Decidí exhibirla cayendo hacia un lado, como si una fuerza poderosa la hubiera arrojado allí o la hubiera volteado. No me interesaba reproducir la situación de la obra en mi cuarto, sino transformarla en un gran objeto autónomo, un animal sin vida, un readymade. Algo que no está funcionando más, totalmente fuera de contexto. Sin embargo, aún señala la espacialidad de aquel cuarto en la Cité Internationale des Arts.
Cerca de la obra también estoy mostrando una selección de dibujos, escritos, poemas, y notas azarosas que realicé durante la experiencia de vivir y dormir sobre la estructura. De esta manera, busco habilitar a los visitantes para entender parte de la complejidad alrededor de este proyecto.

Debajo de esta rampa volteada, instalé también algunas piezas o experimentos que desarrollé durante mi residencia, y que se encontraban ocultas, en esa relación con la estructura. Ahora ese Deck que tapaba, que escondía, exhibe.