Ruido

Ale Mazzarolo, Brasil.

Soma Galería, Curitiba, Brasil – 2019
Curaduría: Vinicius Fadel
Fotos cortesía de Soma.


En esta exposición, están presentes las series desarrolladas por el artista, entre ellas Volt (A), cuyo nombre sugiere una relación entre contorsión (“Vuelta” como sinónimo de curva, giro, torsión) y tecnología (“Volt”, unidad de tensión eléctrica, el potencial de transmisión de energía).  

Texto de Vinicius Fadel:

El espacio

“No quiero hacer una pintura; Quiero abrir espacio, crear una nueva dimensión, vincularme en el cosmos, ya que se expande sin cesar más allá del plano de confinamiento de la imagen. ” (Lucio Fontana, Exhibition Catalogue, 1966)

La determinación de una enloquecedora producción espacial y disociada de los mamparos tradicionales en la obra de Lucio Fontana es, según Francesca Pasini, parte fundamental del repertorio del arte contemporáneo. De las ontologías en neón de Joseph Kosuth al erotismo feminista de Tracey Emin, la plasticidad y la potencia de la luz garantizó el espacio en la obra del artista curitibano Ale Mazzarolo, cuyo ruido auténtico y provocativo surge desde una composición libre a una declaración asertiva. Su producción se desarrolla por medio de la conformación espacial, a través de la disimulación del soporte académico, la consecuente tensión entre las disciplinas clásicas de las artes visuales y el conocimiento gráfico de composición orgánica con que se destaca el equilibrio, la yuxtaposición y el contraste. De estética urbana, su materialidad se relaciona con el carácter simbólico reeditado por la arquitectura posmoderna americana, de sesgo pragmático y ligada a la comunicación, herencia de su contacto con la producción de piezas gráficas orientadas al mismo el mercado publicitario y reafirmado en el cuidado compositivo y en el tratamiento de los colores.

El tiempo

“Podrá vivir un año o milenios, pero siempre llegará la hora de su destrucción material. Permanecerá eterno como gesto, pero morirá como materia” (Lucio Fontana, Spatial Manifiesto, 1947)

Las cuestiones temporales presentes en el trabajo de Ale Mazzarolo florecen en la penumbra. La luz residual se extiende a través del espacio como quien exige atención. En sus composiciones y las declaraciones, lo efímero aparece como resonancia de la vida que sucede en la noche, en un movimiento lisérgico que distorsiona a través del color la percepción del espacio que ocupa. Este gesto es libre, breve e intenso.