QUID PRO QUO ver la madera por el árbol

Jippies asquerosos, México.

 

 

Galería El cuarto de máquinas, 2017.
Este proyecto expositivo propone una relación entre el misticismo de la pintura religiosa, la inmaterialidad suprasensible y la forma-mercancía.  A partir del análisis de David Harvey sobre el libro de Karl Marx, El capital, la muestra presenta un ejercicio de visualización de las relaciones de intercambio que suponen la reciprocidad, tal como indica la locución latina: quid pro quo (una cosa por otra). Al explicar cómo las mercancías se vuelven intercambiables en tanto que objetos culturales que enmascaran algún tipo de relación social debajo de sus superficies, -de ahí su fetichismo-, David Harvey utiliza la metáfora: “ver la madera por el árbol”.
Al retomar esta metáfora, las diversas propuestas sensoriales concebidas por los Jippies asquerosos hacen referencia a momentos de tensión entre la obra de arte, la experiencia estética y la producción del valor.

 

De manera consecuente con la dialéctica marxiana, esta exposición, antes que proponer una síntesis entre los opuestos, busca visualizar los momentos de tensión entre el fetichismo de la mercancía y la experiencia estética, una suerte de contraposición entre la estetización religiosa y el misticismo de la obra modernista, monocroma.
Debido a la inequivalencia entre las inscripciones literales y sus relativas experiencias, la disposición de las partes de éstas propuestas visuales nunca son recíprocas, por lo tanto, la objetualidad de la obra de arte se desborda en lo suprasensible, o bien, aquello que se “revela” desde la superficie. Así, en los dorados de la serie, Quid pro quo, se inscriben siete pasajes con la tipografía mística de los Talleres EMAÚS del reconocido libro El capital, en los que Karl Marx argumenta sobre el fetichismo de la mercancía.

 

Mientras tanto, la instalación hecha con pinos navideños, Ver la madera por el árbol, alude a la estetización del consumo, una vez que en dichos árboles, antes que la materia prima vemos la perversión del simbolismo del “regalo” (potlatch), es decir, la utopía anticapitalista de “dar algo” sin esperar nada a cambio. Por último, la animación Cinemarx, presenta a Karl Marx cantando La internacional, -el himno de la unión entre los obreros y los partidos socialistas y comunistas-, en un cine vacío.

El trasfondo de esta propuesta consiste en crear una experiencia de extrañamiento entre los imaginarios comunista y capitalista –navidad-, como también un cortocircuito entre la figura de Santa Claus y la de Marx. Con estas propuestas estéticas, la exposición Quid pro quo coloca a la vista una reflexión sobre la experiencia mística de lo que subyace a la superficie en tanto “revelación” que se opone dialécticamente al fetichismo de la forma mercancía.
Por lo tanto, el trasfondo de esta propuesta curatorial resulta en traer a la luz las tensiones entre el fetichismo de la forma mercancía en oposición a la inmaterialidad de la experiencia estética “posmonocromática”, lo que a su vez desvela las contradicciones entre el valor cultural de las obras de arte y su estatus mercantil.
Willy Kautz

 

 

Jippies Asquerosos es un proyecto curatorial de Willy Kautz, cuyo punto de partida consiste en diluir la frontera entre la práctica curatorial y la artística, al desbordar la producción de obras hacia el montaje de exposiciones como medio. Creado en el 2005, con base en el concepto de lo suprasensible, estos despliegues expositivos buscaban contraponer la fenomenología de la obra de arte con los imaginarios de la cultura psicodélica, la historia del arte y la experiencia sensible. Los proyectos de los Jippies asquerosos son ensayos de inmersión sensorial, o bien, montajes totales articulados a partir de las tensiones entre la experiencia mística, reflexiva o de trance frente a diversos marcos críticos extraídos de la economía política, la estética, la ecología y la historia del arte.

 

Fotos cortesía de El cuarto de máquinas