Öekologie

Rodrigo Arteaga, Chile.

 

El proyecto consiste en un acuario que contiene sumergida una maqueta a escala 1:10 del “living room” del departamento donde su autor solía vivir en Santiago de Chile. El acuario está hecho con materiales no-tóxicos, fijados con pegamento de arrecifes normalmente utilizado para adherir corales. Cada material fue tratado para no dañar a los peces.

 

Es en efecto, una construcción escenificada de el propio “hábitat” del autor transformado en una ficción de ruina producto de una inundación. El proyecto plantea preguntas acerca de nuestras formas de convencionalizar los espacios que habitamos, y acerca de los límites entre lo natural y lo artificial. Todas las plantas presentes en el departamento fueron representadas con plantas acuáticas vivas por lo que el mantenimiento del proyecto es igual al de un acuario habitual, habiendo un factor determinante de decisión de la persona que tiene que cuidarlo. Hasta qué punto dejar crecer las plantas, algas, caracoles, es decisión de su cuidador y tiene un efecto de espejo quedando al descubierto la forma particular de éste de entenderlo y de relacionarse con él.

 

Hay acuarios presentes en todo el mundo y en ellos se contienen puntos de vista acerca de nuestra relación con la naturaleza o con otros seres. Esto nos remonta a la historia de la afición por coleccionar el mundo natural, siendo ecosistemas artificialmente controlados que requieren de cuidado y dedicación. Los acuarios representan fragmentos del mundo natural, conservados y mantenidos lejos de su origen y en aislamiento de este para poder contemplarlo de una forma particular. Vivimos en un diálogo y negociación constante con el cambio y lo temporal: desmalezando los jardines, cortando a la perfección el pasto, pintando las paredes, barriendo las hojas… ¿cuál es el vínculo de esto con el antropoceno?. El lugar más íntimo se vuelve un enigma codificado de nuestras relaciones con nuestro entorno. Se abre la pregunta por lo natural. ¿Es el acuario una forma común de poseer la naturaleza, de la manera que nosotros queremos verla a través de su idealización?. El hecho de cultivar una ruina, cuidarla y mantenerla, es un intento de visualizar nuestra torpeza en nuestra aproximación y relación con la naturaleza. Una ventana a lo más desconocido, el fondo del mar. El tiempo entonces se vuelve un factor esencial en la historia del proyecto por lo que su registro conlleva una edad. Los acuarios están hechos para acercarnos a la naturaleza, pero al hacerlos, ¿no nos volvemos acaso más distantes?

 

El título viene de la palabra “Ecología” en Griego: “oikos” (“casa”) + “logos” (“conocimiento”)

 

Ha sido parte de las exposiciones:

-“Just as the daylight was fading” en Galería Sobering (París, Francia 2016)

-“ S 33º 26´ 14,655´´| O 70º 38´ 5,413´´ ” con Raisa Bosich en Wu Galería (Lima, Perú 2016)

 

Agradecimientos especiales a Pablo Arteaga, Arquitecto