Lo que sabíamos pero no pudimos decir

Marcela Armas, Daniel Monroy Cuevas, Lorena Mal, Armando Rosales y Rogelio Sosa, México.


FOFA Gallery – Universidad de Concordia, Montreal, Canadá – 2018.
Curaduría: Ellen Belshaw
Fotos de Guy LHeureux, cortesía de FOFA Gallery.

La Galería FOFA (Faculty of Fine Arts) de la Universidad de Concordia, es un espacio dedicado a la innovación y facilita oportunidades de capacitación, consultas pedagógicas y experimentos curatoriales. Además de exhibir trabajos de estudiantes, profesores y académicos vinculados con la Universidad, también presenta trabajos fuera de la comunidad universitaria cuando se relaciona con la investigación y los objetivos pedagógicos de la Facultad.

Galería FOFA se asoció con SOMA México para desarrollar una residencia curatorial de la cual seleccionaron a Ellen Belshaw para incursionar la escena de arte contemporáneo del sur de México. Este trabajo refleja su exploración contemplativa donde el lugar y el tiempo emergen como conceptos esenciales.

“La estadía prolongada de Belshaw en la Ciudad de México le permitió entender las preocupaciones temáticas y de contexto en la región, desde la perspectiva de una visitante. La colección resultante de obras de arte revela su curiosidad por desenredar relaciones complejas entre personas, lugares y fenómenos. En este momento, los eventos mundiales están marcados por la diplomacia internacional, la migración y el cambio climático, temas que giran en torno al planeta mientras se anclan en la experiencia individual. Los artistas Marcela Armas, Daniel Monroy Cuevas, Lorena Mal, Armando Rosales y Rogelio Sosa han compartido generosamente sus brillantes interpretaciones materiales de experiencias vividas e ilustraciones metafóricas de profundas realidades sociales. “ Jennifer Dorner, Directora Galería FOFA

Texto curatorial por Ellen Belshaw:

“ (…) Lo que sabíamos pero no podíamos decir es una exhibición que gira en torno a un sensación común de cercanía y el deseo de conectar, pero que a su vez reconoce las barreras que a menudo se interponen en el camino para lograr esta conexión.

Esta exposición es el resultado de una pasantía internacional curatorial de un año de duración entre FOFA Gallery y SOMA México, que tuvo como objetivo fomentar el intercambio cultural entre Ciudad de México y Montreal. Durante un período de tres meses en México, me reuní con tantos artistas como pude. A veces, durante los primeros cinco minutos de una visita de estudio, sentía una chispa de emoción, ese sentimiento lleno de una energía que reafirmaba mi motivación. En retrospectiva, es obvio que las obras que más me inspiraron terminarían exhibidas, pero no puedo mentir y decir que fue un camino claro desde el principio.

Sentí que era importante no solamente traer obras de arte de México a Canadá para una exhibición, sino también traer a los artistas, con la esperanza de brindarles una experiencia tan agradable y enriquecedora como la que viví a lo largo de mi pasantía. Quería crear un diálogo, en el que los artistas pudieran compartir sus procesos e ideas junto con sus trabajos finales, para que la noción de conexión llegara más allá de ser solo el tema de la exhibición, por así decirlo. Deseé que estas discusiones e intercambios continuaran en el transcurso de sus estadías, mientras construían sus obras en la galería, pero también durante la mesa redonda moderada por la Dra. Nuria Carton de Grammont junto con la inauguración de la exhibición.

Los cinco artistas seleccionados, Marcela Armas, Daniel Monroy Cuevas, Lorena Mal, Armando Rosales y Rogelio Sosa, han creado obras de arte en los espacios internos y externos de la galería. El trabajo de Armando Rosales se ocupa conscientemente de la vigilancia, las estructuras de poder y los métodos de control, pero también suelen jugar con la tensión y la suspensión, y he tenido respuestas muy viscerales en consecuencia. Muchos de sus trabajos anteriores encajarían en esta exposición, por lo que estaba convencida de que podía inspirarse en el concepto curatorial y crear algo nuevo e interesante. La pieza Actual State (2018), creada durante la residencia que antecede esta a exhibición, consiste en una serie de zapatos redondos moldeados en goma que los visitantes pueden usar cuando caminan por el espacio de la galería. El trabajo de Rosales es lúdico pero también propicia en los visitantes la sensación de vértigo con la que el artista lidia diariamente debido a una afección vestibular del oído. Permitiendo a los visitantes de la galería una ventana a la experiencia vivida por el artista, la obra es también una mirada descarada sobre la frase “caminar en los zapatos de otra persona”.

La instalación Resistencia (2009) de Marcela Armas es un recordatorio de la maleabilidad de las divisiones físicas y políticas, que afectan en gran medida las vidas de las personas en ambos lados de las fronteras. Semejante a la frontera que divide a México y los Estados Unidos, la instalación lineal comprende una serie de cables de acero que suspenden un filamento metálico incandescente, o borde, en su lugar. Hipotéticamente, con un simple ajuste a las varillas de tensión, el cable (o borde) se movería, implementando una serie de transformaciones sociales, similar a un cambio en los organismos gubernamentales o al desplazamiento y la división de comunidades. Situado en el espacio principal de la galería, la obra de arte es ineludible; la luz y el calor que emana te atraen, pero la línea de seguridad evita que te acerques demasiado. No hay manera de llegar al otro lado de la galería.

El video de Daniel Monroy Cuevas New Frontier (2015) también aborda el tema geopolítico de las fronteras, pero a través de un enfoque más matizado y meditativo. El escenario de su film de doce minutos de duración es un autocine abandonado en el Valle de San Luis, Colorado, anteriormente la frontera entre México y los EE. UU., y una zona de conflicto durante la Guerra México-Estados Unidos. New Frontier consiste en lentas tomas en paneo de herramientas que normalmente se utilizan para salvar distancias —binoculares, megáfonos, espejos— pero a lo largo del video, la medida exacta de la distancia que se está acortando sigue sin estar clara, y el sujeto que mira nunca es revelado. La ausencia de marcadores de tiempo o de ubicación, junto con los tonos apagados del video, hacen referencia a las películas de ciencia ficción de Kubrick. La obra vive en un espacio de proyección al aire libre hecho a la medida, casi como un autocine, bordeando la calle Saint-Catherine, uniendo los espacios liminales de la ciudad, la galería y la universidad.

La instalación de Lorena Mal, Acústica Concreta (2018), convierte las ondas de sonido que rebotan desde las Vitrinas del Corredor de York de la galería en formas lineales de concreto. Su obra hace visible una experiencia sonora solidificando los sonidos que una vez existieron, pero ahora que se hacen obsoletos en el momento que son obstruidos por la instalación misma. Acústica Concreta refleja el deseo de conectar diferentes experiencias y aunque es notable en su precisión matemática, el visitante está limitado porque no puede experimentar el sonido y la escultura a la misma vez.

En una línea similar, la obra de Rogelio Sosa Nodal (2015) juega con experiencias sensoriales creando visualizaciones de sonido, pero, a diferencia de la instalación de Mal, esto sucede en tiempo real. Nodal se compone de cuatro cables motorizados que oscilan entre composiciones sonoras creadas por Sosa que el visitante puede escuchar y ver en el espacio. Como es característico en su práctica artística, su trabajo se ocupa de la disonancia o la armonía entre las experiencias visuales y audibles. Exhibido en el espacio aislado de Black Box de la galería, Nodal permite una conexión íntima y sensorial que está restringida en algunas de las otras obras de la exposición.

Lo que sabíamos pero no podíamos decir se refiere tanto al concepto que une todas las obras de la exhibición, como a la razón para crear arte de manera más amplia: el deseo de expresarse y de conectar con el mundo cuando las palabras simplemente no son suficientes.”

Esta exhibición es posible gracias a Canada Council for the Arts, FOFA Gallery, SOMA México, FONCA, Young Canada Works y Concordia University Alumni Association.