Estructuras de la Razón

Adrián Bará, México.

Páramo, Guadalajara, México – 2019
Fotos cortesía de Páramo y el artista.

La práctica de Adrián Bará en su núcleo, explora el cuerpo y su relación con el espacio y la arquitectura moderna, así como su representación en la intersección entre escultura, instalación, pintura y video. La formación del artista como cineasta impulsa su narrativa donde extrae de los materiales y las posiciones diarias para construir “situaciones esculpidas” que deben ser activadas por los espectadores al mismo tiempo que proyectan sus propias historias en los objetos que los invitan a hacerlo. El trabajo de Bará a menudo funciona como rastros de archivo de eventos personales, como relatos que deben ser intervenidos, desafiados y transformados a través del acto de mirar.

En su exposición en Páramo, Estructuras de la Razón, profundiza en el proyecto en curso de investigación de Bará basado en su interés por los efectos de la arquitectura internacional estandarizada en el cuerpo y los sentidos. Compuesta exclusivamente por una nueva producción de obras que incluye pintura, dibujo, collage, instalación, escultura y video, Bará propone una deconstrucción del entorno urbano para explorar las estructuras que dan forma a la vida cotidiana. Al mismo tiempo, la obra táctil de Bará crea un agudo comentario crítico sobre el perjudicial predominio histórico de la arquitectura en una interpretación centrada en la visión del conocimiento, la verdad y la realidad.

La exposición de Bará produce una experiencia inmersiva a través de la inclusión de esculturas e instalaciones que contienen materiales básicos utilizados en la construcción actual de ciudades, incluyendo concreto, postes de acero estructural y tabla roca como una manera de evidenciar cómo este tipo de construcción establece sus principales intereses sin analizar el impacto que generan en la sociedad, la identidad y el cuerpo. Bará revela cómo este tipo de arquitectura que se construye rápidamente con materiales baratos y fáciles de exportar a todas partes del mundo disminuye nuestra capacidad social, empatía y participación entre nosotros, y nos aísla de la realidad con su tendencia a estandarizarlo todo.

La manifestación visual de esta exhibición es múltiple. El artista fusiona recortes, páginas e impresiones obtenidas de revistas y libros de arquitectura, entremezclados con estructuras corporales y objetos de construcción para resaltar el cómo, desde la Grecia clásica, se ha reforzado la hegemonía de la visión tanto en la estética como en el discurso. Además, el uso constante por el artista de una paleta de color blanca en estructuras, collages, pinturas y esculturas hace referencia a la negación de la esencia y la edad de los materiales en este tipo de arquitectura estandarizada, para reflejar nuestro rechazo y temor a la muerte.

En contraste con esta visión, Bará confronta al espectador con una estética cruda. Mientras transforma los materiales de construcción en complejas narrativas, la presencia del cuerpo del artista impresa en bloques de arcilla y esculturas de cemento, así como la evidencia de dibujos físicos sobre la pared, combinados con el olor del pavimento mojado, y la existencia disruptiva de un muro de hormigón no concluido acoge a los visitantes para cuestionarse sobre el autoritarismo de razón, el estado de alienación desconectado de nuestros propios cuerpos y la aceptación a lo efímero.