Alta tensión

Catalina Andonie y Angelo Santa Cruz, Chile.

Galería Cima, Santiago de Chile, Chile – 2019.
Fotos:  Sebastián Mejía y Felipe Ugalde

En los espacios de Galería Cima se exhiben tres instalaciones donde es posible contemplar y presenciar materiales de origen industrial; donde aisladores de electricidad y objetos de vidrio soplado, se fusionan con sonidos y luces dando lugar a una sofisticada composición. En estos elementos es posible observar su ambigüedad estética y narrativa, generando un diálogo en torno a su finalidad y propósito original.

La materia (como la porcelana, el vidrio, el poliester, entre otros) se expone de una determinada manera con la intención de anular aquella ideología estética que los sentencia a un contexto y finalidad específica.

En Alta Tensión está presente la dimensión sensorial y dramática que sugiere cualquier tipo de inestabilidad, reconociendo los distintos sistemas de producción para no desvincular lo industrial de lo artesanal; lo utilitario de lo decorativo; o lo tangible de lo intangible.


Texto de Sergio Soto Maulen:


Ellos y la energía
El sol es el pasado, la tierra es el presente, la luna es el futuro. Masa incandescente somos y en masa helada nos convertiremos
NT, 1900



Cuando Nikola Tesla piensa en aumentar la energía humana en el año 1900, se entromete no solo en los sistemas de progreso científico, sino que se preocupa de los modos en que se puede habitar el mundo. Comienza con un proyecto de grandes magnitudes de tecnologización, de escala global y termina delimitando esto según sus estados anímicos, su problema con la ansiedad, su fuerza de voluntad, sus manías, su rechazo a la mayoría de los alimentos, como el té y otras cuestiones menores. El asunto central de sus inventos está tramado por su psicología y las historias de su infancia y supongo por algún deseo de vivir en un mundo que se adecue a sus necesidades. Me valgo de esta anécdota, ya que considero fundamental entender que los procesos de industrialización, o de elaboración de un imaginario futurista, siempre consideran la experiencia humana y sus afectos. 

Algunos objetos pensados para el correcto funcionamiento del futuro representan la intención de reemplazar los organismos naturales. Las edificaciones en altura ocupan el espacio que no está invadido por la naturaleza. El progreso de la humanidad sería la conquista del lugar donde nada ha sido creado. Esta desvinculación con la norma esencialista no considera el pacto de lo sensible. En otras palabras, este imaginario frío, espacial, externo y ajeno, no considera que los objetos tienen una relación irrenunciable con el fenómeno propio del ser humano que habita el mundo como un espacio común. Los objetos en su amplio espectro: cosas útiles, cosas inútiles, materiales, partes de cosas, la pieza, los pedazos, no existen solo para ser utilizados, sino que existen para configurar un paisaje, o, mejor dicho, la escenografía de un mundo perfecto. 

Sigamos convocando a Tesla y miren esta imagen que tomé de una de sus publicaciones:


Las descargas de este experimento con chispas cumplen con las condiciones de un rayo. Fue en su momento el rayo más cercano a un rayo hecho por el humano. Este experimento cumple con dos funciones, con la ilustración de un procedimiento científico sofisticado y por otro lado con la configuración visual de objetos nuevos y atractivos. 
La ambigüedad de esta imagen es trasladable a la ambigüedad de cualquier objeto que oculta en su construcción una utilidad a través de una belleza inexistente en la naturaleza. De la sofisticación del invento, de la complejidad de estas construcciones podemos acceder a nuevos modos de vincularnos con los residuos industriales que rodean el mundo contemporáneo.

Otro asunto relevante, es la apertura estética que permite el reconocimiento de una nueva historia de las formas, como los experimentos de Tesla. Volviendo a la imagen del rayo, o bien, a la representación de la energía, es necesario indicar el nuevo campo descriptivo que adquiere esta imagen u otro objeto que se relacione con un material particular. No es posible acercarse a estos fenómenos sin presentar un nuevo campo estético que incluya: la oscilación, el sonido, la vibración, las tensiones y todas las experiencias posibles en los contactos que tenemos con objetos raros. 

Volvamos al presente: Alta Tensión de Catalina y Ángelo, exhibe experiencias de fenómenos a través del arte que deja de justificarse en su despolitización, o en su formalismo. Contamina las imágenes asociadas a la especificidad de cada obra a través de la sensación de peligro propia del experimento. 

Hay que escuchar como existen estos objetos a pesar de su rareza y desubicación constante en las lógicas estéticas clásicas definidas por la naturaleza. 
Hay que relacionarse con ellos con cautela. No olvidar que están en nuevos planos, que están propensos al accidente. 

Con esto parto: quizás hay que simplemente imaginar un futuro donde todo sea perfecto para cada uno, no individual, siempre colectivo. Con altura, en suspensión de cualquier espacio. Donde oscilen con libertad las ondas, donde por ejemplo el sonido no necesite ser música y donde la proximidad no sea solo un argumento para nuestro distanciamiento.