The Unbalanced Land

Adrián Balseca, Ecuador.

Galeria Madragoa, Lisboa, Portugal – 2019.
Curaduría: Raquel Schefer
Fotos cortesía de la Galería Madragoa.


Texto de Raquel Schefer:



“The war in Peru caused an exodus of Italian organs from Lima, and thirty refugee instruments landed at Guayaquil just before our arrival. Four of these were on board the Quito, concentrated on the fore part of the upper deck, each playing a different tune. The Ecuadorians enjoyed the babel, but the alligators in the river seemed more sensitive. They came up and stared with open mouths, and plunged down again immediately, out of hearing.”
Edward Whymper, Travels Amongst the Great Andes of the Equator (1892)



La exposición The Unbalanced Land de Adrián Balseca se origina en el informe de viaje “Travels Amongst Great Andes of the Equator” (1892), del científico y explorador británico Edward Whymper, reflexionando sobre las transformaciones del sistema capitalista y del sistema colonial en América Latina y la imbricación entre el modelo económico-político y el paradigma epistemológico y representativo de la modernidad hegemónica europea. 
La exposición reúne una instalación sonora, objetos escultóricos y una serie fotográfica.

En su producción artística, Balseca se centra en las dinámicas extractivas y sus impactos ambientales, así como en los procesos históricos y económicos asociados con la implementación y consolidación del paradigma de la modernidad. Tomando el informe de Whymper como punto de partida, The Unbalanced Land conforma una cartografía histórica, política y cultural de la isla de Santay, cerca de Guayaquil, la segunda ciudad más grande de Ecuador,  donde Whymper llegó en diciembre de 1879 con la intención de estudiar los efectos de la altitud en el cuerpo humano. Durante la expedición, Whymper recolectó anfibios y reptiles, colección que hoy integra el Museo Británico, y fue el primero en escalar el Volcán Chimborazo, el pico más alto de los Andes ecuatorianos y el punto más lejano del centro de la tierra.

El título de la exposición se refiere a la teoría de Trotsky del desarrollo desigual y combinado y, en particular, a su relectura por Harvey a través del concepto de “desarrollo geográfico desigual”. Si Marx considera que el espacio es aniquilado por el tiempo en el sistema capitalista, The Unbalanced Land lleva a cabo una reflexión sobre las modalidades de producción espacial y las relaciones espacio-temporales en el capitalismo tardío. Esta reflexión es de carácter procesual y relacional. La representación de los espacios de la Isla Santay tiene en cuenta su determinación por un conjunto de procesos y relaciones internas y externas, en primer lugar sistémicas, pero también de naturaleza geopolítica e histórica, y señala la coexistencia entre diversos modelos económico-políticos y epistémicos, que encuentran expresión en la concepción formal de la exposición. The Unbalanced Land opera una reconstitución sensible del informe de viaje de Whymper, recreando y actualizando las descripciones sensoriales del explorador británico en un arco temporal que conecta el pasado y el presente. La concepción visual, sonora y musical de la exposición reconstituye, en el marco de un modelo relacional y multiperspectivista, las capas de la memoria sensible y las fluctuaciones de las condiciones perceptivas y cognitivas entre el siglo XIX y el presente, apuntando a la determinación histórica de los modelos perceptivos y cognitivos.

La expedición de Whymper se inserta en una serie de misiones científicas en territorio ecuatoriano. En la primera mitad del siglo XVIII, la Primera Misión Geodésica de la Academia Francesa de Ciencias, dirigida por Godin, Bouguer y La Condamine, tuvo como objetivo medir el arco del meridiano de la tierra y determinar la línea del Ecuador, un hecho que marcó decisivamente la cultura e imaginario del país. También establece el sistema métrico decimal, un mecanismo que impulsaría los intercambios comerciales del capitalismo en expansión. La misión fue seguida, en el siglo XIX, por las expediciones de Humboldt y Darwin. El conjunto de expediciones científicas realizadas en territorio ecuatoriano apunta, de inmediato, a la imbricación entre los proyectos epistemológicos y coloniales de la modernidad europea, así como a los procesos de imposición y universalización de los modelos perceptivos, cognitivos y representativos hegemónicos.

En su cuaderno de viaje, publicado en 1751, La Condamine describe las interacciones entre los pueblos amerindios amazónicos y los colonizadores españoles y portugueses. Aunque de manera indirecta, el informe constituye un testimonio elocuente del epistemicidio perpetrado por la “misión civilizadora” colonial al suprimir todos los otros modelos inconcebibles sino como objeto de estudio de la racionalidad.

Si los modelos epistemológicos y representativos occidentales pretenden estandarizar el mundo y eliminar las diferencias culturales, la exposición de Balseca se inscribe en el marco conceptual diametralmente opuesto. No solo señala la tensión entre los diferentes modelos epistemológicos y representativos, sino que, a través de una metodología artística decolonial, se sitúa a sí misma como una práctica de resistencia a las formas cognitivas y representativas hegemónicas. Balseca examina ciertos modelos perceptivos, cognitivos y representativos de la modernidad, en particular la narrativa de viaje, la ilustración, la música y las proyecciones cartográficas.

La exposición presenta tres instrumentos artesanales de madera, tradicionalmente utilizados en la isla de Santay para aplanar y comprimir la tierra. Estos instrumentos compresores tienen cintas de caucho enrolladas y atadas.

En la base de los compresores, está incrustado en acero un emblema que representa la proyección discontinua de Goode, una proyección cartográfica elaborada por el cartógrafo y geógrafo norteamericano John Paul Goode, en oposición a la proyección de Mercator, caracterizada por un mapa visiblemente deformado debido a ¨cortes¨ en las aéreas oceánicas que pretendían atenuar la distorsión Norte / Sur sobre las superficies terrestres.

Los materiales que componen estructuralmente el compresor son la madera, el caucho sintético y el acero, y hacen a los procesos de extracción sistemática de recursos naturales. Al desterritorializar estéticamente herramientas de trabajo  y combinarlas con materiales heterogéneos, la obra problematiza el modelo económico-histórico extractivo, evolutivo y teleológico, situándose bajo el prisma de una “pragmática de suficiencia”, expresión de Viveiros de Castro impregnada del pensamiento amerindio.

La incrustación de las representaciones del mapa del mundo de Goode refuerza el principio de no producción, fuera del paradigma productivo aunque en un cuadro de productividad artística, e interroga un modelo de conocimiento él mismo extractivista.

Objetos compuestos, a los compresores cilíndricos están acoplados equipos de radio de la marca japonesa Sanyo, cuya insignia es una representación del mapa del mundo de Goode. En cada una de las radios resuenan los paisajes sonoros de la Isla Santay, transferidos musicalmente al piano por el compositor, pianista y diseñador de música electrónica Daniel Mancero (Quito, 1983). 

Desde un punto de vista, The Unbalanced Land cuestiona de manera incisiva la imbricación entre diferentes modelos extractivistas (económico, cognitivo, representativo) y adopta un modelo formal anti- extractivista. Si, en su proceso artístico, Balseca recopila y combina elementos culturales de naturaleza diversa, esta démarche es de naturaleza endógena y exógena, prospectiva y retrospectiva / restaurativa. El gesto artístico abarca dos movimientos sucesivos pero continuos: de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro, de aquí para allá y de allá para acá: de la isla de Santay al exterior, reconstruyendo los itinerarios materiales, discursivos, culturales e ideológicos de los objetos expuestos a modo de ensamblaje, y de afuera hacia adentro y de vuelta a la Isla Santay. 
En este sentido, se debe interpretar la serie fotográfica que acompaña a la exposición y que documenta la instalación de los tres compresores en la isla Santay, rodeados de cocodrilos – animales que, hace más de cien años, escucharon, según la descripción de Whymper en el epígrafe, el sonido de los órganos italianos de Lima –  y el proceso de moldeado local del mapa del mundo de Goode. 

El proceso artístico de Balseca desplaza y baraja un conjunto de categorías perceptivas, cognitivas, políticas y representativas (“aquí” y “allí”, universal y local, “mismo” y “otro”, observador y observado) y y afirma una ecología sígnica fundada en un sistema de interacciones dinámicas. Una de las etapas de este sistema es la reconstitución en Lisboa de las capas temporales y la memoria sensible de la Isla Santay en toda su complejidad cultural y política.