YOU CAN STAY HERE AND BE PRETTY

Nicolás Astorga, Chile.

Kunstraum Ortloff, Leipzig, Alemania – 2021
Fotos: Nicolás Rupcich

“Sacando los trapitos al sol” por Céline Fercovic:


Como modismo chileno, “sacar los trapitos al sol” significa hablar sobre las intimidades de alguien, revelar pormenores delicados y vergonzosos de un asunto. El “trapo” es una tela vieja generalmente usado para limpiar el piso de las casas. Sacar el trapo al sol involucra exponer la suciedad de la vida privada. Como modismo argentino, significa echar en cara públicamente las faltas o defectos de alguien para que trascienda a terceros. 

“Predicciones astrológicas para marzo: depresión pasajera. Hastío.” Anaïs Nin


Entra, date unas vueltas por la sala. Si quieres, dale la mano al artista o roza su codo con el tuyo o simplemente salúdalo con cualquier insignificante gesto y piensa esto: ¿qué pasa cuando en plena fiesta se prenden las luces? La respuesta es, obviamente, tuya, pero aquí te recomendamos expresarla. 

Quizás tu respuesta podría ser parecida a esta: “Yo me sorprendo con altos grados de irritación y ceguera, después pestañeo y emito onomatopeyas, hago reclamos verbales y paraverbales que por suerte empalman con los ruidos de indignación vociferados por el resto de lo participantes. Recuperada la vista, les veo las caras exaltadas, las pupilas dilatadas, los márgenes de sus cuerpos, sus vestimentas sudadas o su desnudez. Pienso que todos pensamos en el regreso a la oscuridad, en que se apague esa maldita ampolleta. ”  

Para bien o para mal, en esta sala las luces están a tope. ¿La fiesta se acabó o está por comenzar? En los muros blancos resaltan grandes paños de tela roja exhaustivamente bordada, fotografías de fotografías de hombres occidentales en acto de selfie a cara o torso descubierto, un cuervo ingrávido y abrupto –drásticamente material comparado al de Edgar Allan Poe-, autorretratos más que sugerentes, una pitón acuciante, una anguila curvada sobre colchones, lanzas, flechas y más textiles llenos de mensajes escritos en distintos idiomas. 

A todas luces, entrar por estos pasajes es similar a abrir un diario de vida o un cuaderno de apuntes y bocetos. Los bordados llevan el ritmo de la narrativa y se extienden como pieles curtidas donde es posible seguir una historia íntima contada puntada tras puntada. Varias de esas puntadas hilaron la frase “You can stay here and be pretty”. Justo abajo se lee “verdades como puños” y un poco más arriba “Hunting my enemy”. Con la repetitiva acción de hundir y levantar la aguja, el artista repasa lentamente sus experiencias personales, sus sentimientos más bajos: ganas de atacar, de vengarse, de revertir momentos de vulnerabilidad, de satisfacerse atesorando recuerdos violentos. 

Al igual como la aguja delgada es usada para bordar palabras e iconografías, otra más gruesa es usada para coser la superficie de animales muertos. Son puntas que recomponen un cuerpo inerte dejando las heridas al descubierto y son las mismas puntas afiladas que los atraviesan para darle muerte. “Cría cuervos”, “Sueña con anguilas” y cuídate de tus “Posibles enemigos” son también  metáforas, en este caso corporizadas, que expresan malos augurios y pésimos pronósticos excediéndose en su crueldad. 

“Lo abyecto y la abyección son aquí mis barreras” Julia Kristeva


Este panorama de animales taxidermizados, objetos y palabras es un callejón sin salida donde alguien grita a todo pulmón. Desbordados por pasiones mundanas, el artista recrea una extraña escena de caza que exhibe sus trofeos. Él mismo saca sus trapitos al sol y ventila asuntos que por convención se consideran privados, íntimos, secretos. Con soberbia, lujuria e ira, tres de las siete «pasiones del alma» que la tradición eclesiástica ha fijado como «pecados capitales», la exposición te acerca a ciertas interacciones homosexuales en redes sociales, en aplicaciones de citas o en encuentros casuales homologables a la actividad de un cazador empedernido. 

En esas nuevas tecnologías el consumo de perfiles, el voyeurismo, la selección de candidatos y el acto performático de gestionar tu propia identidad no se distancia demasiado de ese sujeto que se viste y arma para salir a buscar, perseguir, capturar y devorar a su presa. Sin embargo, como en el oficio de la taxidermia, el artista opta por disecar fragmentos de la realidad para conservar, exponer y estudiar sus cualidades formales. A diferencia de un viejo rancio que decora su mansión con cabezas de ciervos, aquí se prende la luz para hacer gala de anécdotas sexuales descuidadas de cualquier moralidad. Historias de uso, abuso y objetualización reiterada que evidencian el agrado por la carne fresca y el rojo de la sangre. 

Al mostrar su intimidad, este peculiar cazador es también cazado. Así pasa siempre porque sólo en los discursos hay binomios estrictos. En la vida hay contradicciones, incoherencias, ambivalencias, inflexiones y sobre todo muchos juegos de poder. En este juego, el poder está repartido o, más bien, es ejercido intercaladamente: a veces actor y otras objeto. Uniendo frases e imágenes de sus propias experiencias, la narrativa del artista contextualiza y trasluce sin tapujos la gestión del deseo, es decir, “producciones de consumo, de voluptuosidades, de angustias y de dolores”, de un deseo actual mediado por estereotipos corporales, cámaras, celulares y apps. Siguiendo a Deleuze y Guattari, un deseo que es construido bajo ciertos parámetros políticos y termina siendo un producto cultural consumible. 

El espectáculo no es alentador. Todos los cuerpos ya están intervenidos, incluido el tuyo. Por fuera y por dentro se han insertado dispositivos de vigilancia y control, eso que Preciado llama “tecnologías blandas” y que pertenecen a la sociedad farmacopornográfica en la que vivimos. 

Aunque priman las experiencias biográficas vividas por el artista, esas fotos calientes que alguna vez mandaste también están dentro de esta colección de pieles. Los secretos de uno visibilizan las sombras del resto. Al fin y al cabo, todos somos animales apunto de morir.   

Ya sabes que no hay secretos, entonces dale la mano al artista o roza su codo con el tuyo o simplemente salúdalo con cualquier insignificante gesto para cruzar juntos los muros de este callejón. 


“el mundo entre las piernas… el mundo oscuro, húmedo, vivo.” Anaïs Nin.


1 Recuerdos de una experiencia personal. 2 Título del textil y la exposición de Nicolás Astorga en Kunstraum Ortloff. Marzo de 2021. 3 Una de las frases bordadas sobre el textil “You can stay here and be pretty”. 4 Una de las frases bordadas sobre el textil “You can stay here and be pretty”. 5 Escultura expuesta en la exposición “You can stay here and be pretty” de Nicolás Astorga en Kunstraum Ortloff. Marzo de 2021. 6 Anguila taxidermizada sobre colchones acumulados. Escultura-instalación expuesta en la exposición “You can stay here and be pretty” de Nicolás Astorga en Kunstraum Ortloff. Marzo de 2021. 7 Referencia a la obra “Possible Enemies”: Piel de pitón de 350 cm, reensamblada y rellenada + flecha/lanza de 150 cm. Obra expuesta en la exposición “You can stay here and be pretty” de Nicolás Astorga en Kunstraum Ortloff. Marzo de 2021. 8 Gille Deleuze y Felix Guattari (1972). El Anti-Edipo. Capitalismo y esquizofrenia.