Millennium Mambo

Cristina Tufiño, Puerto Rico.

 

 

The Jane Hartsook Gallery – Greenwich House Pottery, Nueva York, Estados Unidos – 2018.
Fotos de Alan Wiener, cortesía de  Greenwich House Pottery y Galería Agustina Ferreyra.

 

 

Tufiño es una artista interdisciplinaria cuyo trabajo se basa en el poder y la sexualidad matriarcal. En este nuevo cuerpo de trabajo escultórico, Tufiño desarrolla la exploración que comenzó en su ensayo en video Dear Pilar (2018), utilizando símbolos históricos y experiencias personales para explorar la tensión entre la representación biográfica, la memoria y el deseo.

 

Los teclados de cerámica, las cabezas de gato, los dedos y las piñas se destacan como el desecho de alguna cultura milenaria pasada y presente, a la espera de ser descubierta por un futura arqueología. La paleta de la instalación en su conjunto proviene de los colores vibrantes de las antiguas estatuas griegas antes de que fueran erosionadas por el tiempo.

 

 

Las esfinges que se abrazan entrelazan las historias dispares del antiguo Egipto, los muebles del renacimiento egipcio francés y el arte vernáculo de la arquitectura de Las Vegas y los recuerdos turísticos. Tufiño conecta estas referencias históricas más amplias con su experiencia personal, haciendo alusión a su infancia, a sus viajes y otras experiencias. 

 

Los relieves cerámicos de la pared polaroid son recuerdos fragmentados, tanto reales como imaginados desde 2001, extraídos de fotografías personales, imágenes encontradas de azafatas de bares en Tokio y mujeres aburridas y bebiendo en bares o volviendo a casa a vidas mundanas. Este collage de artefactos se une como una visión imaginada en el pasado a través de una nostalgia futura, una nostalgia que es sensual y brillante a pesar de sus tonos oscuros.

 

 

“En el video, Querida Pilar (2018), Cristina Tufiño extrae un amplio material de imágenes para compilar y desestabilizar identificadores de sí mismos sobre su lugar y pertenencia. Imágenes del mar en la casa de la infancia de la artista en San Juan, Puerto Rico, son yuxtapuestas con imágenes de Shibuya en Tokio, donde la artista pasó parte de su vida, junto a los exuberantes jardines del castillo de Fontainebleau. Navegando por una compleja red de símbolos, Querida Pilar afirma su resistencia a las fronteras tanto físicas como ideológicas, y proporciona un autorretrato narrativo convincente de la propia artista.Tomado del enfoque de Cristina Tufiño en el poder matriarcal y la sexualidad, UZU es una contraparte escultórica de Dear Pilar y presenta una esfinge en rosa intenso sentada sobre un pedestal. En cada nivel del pedestal piramidal, las estatuillas totémicas cubiertas de tierra amplifican el aspecto de la obra como un santuario” Alex Santana.

 

 

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