entre.vista ~ Nicolás Astorga


Nicolás Astorga presenta “Caer en amor” en Galería NAC, una exhibición que propone un recorrido por telas bordadas que tratan diferentes sensaciones, meditaciones, situaciones e imágenes que ha vivido el artista chileno a lo largo de estos años en su trayecto artístico y personal entre Santiago y Berlín.

Las grandes telas rojas y rosas, bordadas con frases, palabras, símbolos, dibujos, entre otros elementos nos insertan en pasajes entre tormentosos y atractivos que ha experimentado Nicolás en torno al concepto de amor y las disputas que se generan en él.

(…) ¿Cuál es la caída del amor entonces? Al parecer el desarme no parece una vía posible.

En esta caída, hay serpientes pecaminosas, tatuajes y competencia. Las agujas en caída libre, se abren a la ternura y a los sentimientos más bajos. Sin embargo, en estos bordados se revelan las tácticas y se confiesan las mentiras. Porque el terreno de la mentira es tan difícil como el de la verdad. Y lo cierto, es que cuando somos incapaces de inventar tácticas, es cuando empezamos a entender que el amor ya no vive ahí.
” fragmento del texto curatorial de Ileana Elordi.

En diálogo con Nicolás, nos deja entrever un poco más sobre la intimidad e historia detrás de esta producción.



M.L.M:. Actualmente estás viviendo en Berlín y desarrollando tu trabajo allí. ¿En qué influye en tu práctica volver a la escena de Santiago?



N.A:. Actualmente sigo viviendo y trabajando en Berlín y vuelvo para allá. En Alemania voy a un psicoanalista argentino desde hace casi dos años y es ahí donde he concentrado mi interés y mi fuente de material narrativo, conceptual y temático para las obras que estoy produciendo en este momento. Me encuentro en un momento muy introspectivo e íntimo, donde el contexto o territorio donde estoy produciendo no me está influyendo tanto como antes. Desde que me fui de Chile he buscado siempre volver para exponer y no desaparecer de la escena. Para la exposición CABRÓN en Sagrada Mercancía empecé a trabajar mucho con mi padre en nuestra casa en el Cajón del Maipo, en la Cordillera de los Andes, produciendo escultura. Así que volver a Chile también significa eso, volver a la casa de mis padres y concentrarme en medios, escalas y materiales a los que no tengo acceso en Alemania. Volver a la escultura y salir del ensimismamiento de mis textiles y de la práctica del bordado acompañado del psicoanálisis. 


M.L.M:. ¿Qué significa para vos “Caer en amor”? ¿Qué reflexión nos podes compartir sobre el título de la exhibición?



N.A:. En un principio partió como la traducción literal al español del inglés to fall in love. Realizar esa traducción literal permite entender el amor como una caída, como un abismo. Si por amor o por venganza, por celos o por dependencia, esa caída es inevitable. Hay muchos de mis bordados que tienen que ver con mis relaciones, con mi marido y con mis exes, con mis intentos fallidos y con mis victorias en la cama y en los afectos. Por lo tanto Caer en amor sería reflexionar y celebrar esas experiencias, atesorar toda esa violencia y crear un puente entre el deseo y la práctica obsesiva del bordado a la escala en que yo lo trabajo. Hace entender al espectador que estos textiles cumplen una función narrativa que está supeditada a mis sentimientos y mis experiencias biográficas y que tienen que ver tanto con el amor como con mis sentimientos más bajos.     



M.L.M:. En cierto modo, al observar las piezas que expones en NAC se puede interpretar la intención de señalar ciertos “modos” o “lenguajes” en torno al amor y su espectro oscuro. ¿Qué nos podes contar sobre los procesos que traccionaron en la producción de estas piezas? ¿Cuáles son las experiencias-reflexiones-conceptos que entraron en constelación para el armado de esta exposición?



N.A:. La exposición se trata de una mini retrospectiva de mis bordados de los últimos cuatro años. Llegué a Alemania con el corazón roto. Mi producción allá partió desde ahí. Toda la muestra está atravesada por un desbordamiento de deseo, de sentimientos de pérdida y dependencia, el uso y abuso de los demás, utilizando nociones de lo que se entiende por sentimientos bajos, como el desamor, los celos, la venganza y la ira. Así también, por otro lado, hay homenajes a mis más queridos. Las experiencias que esta exposición abarca van desde el estar destrozado, al estar soltero en un país nuevo, a posteriormente encontrar el amor y casarme. En las obras hay matrimonio y también hay viudez, hay fraternidad pero también hay competencia. Hay algunos bordados que se asemejan a las banderas de asociaciones civiles, clubes o pandillas. Estos bordados, son un intento de reconstruir recuerdos apegados a personas concretas, los símbolos que llevan en sus cuerpos o a grupos de pertenencia. Sin duda el contenido de estas imágenes y mensajes abordan temas biográficos, pero así como leemos declaraciones de amor en autobuses, baños o graffitis en la ciudad, los textiles de esta muestra fortalecen los lazos entre el ámbito público y privado, eliminando la frontera artificial que los separa. Paradójicamente, los tapices hacen referencia a mi interioridad y la exterioridad de la calle, siendo a la vez ornamentos y estandartes. 


M.L.M:. En “Caer en amor”  además de haber símbolos y dibujos bordados hay una fuerte presencia narrativa con frases y palabras. ¿Cómo se transfiere la práctica del bordado en tus búsquedas conceptuales y/o políticas con respecto a las relaciones humanas? 



N.A:. Con la acción repetitiva de hundir y levantar la aguja, voy repasando lentamente mis experiencias personales, mis sentimientos más bajos: el deseo de atacar, de vengarme, de invertir los momentos de vulnerabilidad, de satisfacerme atesorando recuerdos violentos o prometiendo una revancha. La temporalidad del bordado es diferente a la del lenguaje y a la de la escritura. Uno piensa una frase, uno la escribe. Pero bordarla la vuelve perpetua y si es sobre un trauma se vuelve una actividad casi masoquista. La aguja repara y configura imagen, pero a la misma vez hiere y deja una cicatriz en la tela. Al dedicarme a los textiles trato de encontrar una directa relación simbólica entre el acto de coser, zurcir o bordar y la vida misma. Transformar el trauma en un tesoro personal y el secreto en algo que debe ser exhibido. La práctica de los textiles tiene que ver también con herencias culturales arraigadas a Latino América misma, a sus pueblos originarios y a la abuela que le enseña a la madre y que le enseña a la hija a bordar. Celine Fercovic escribió sobre algunos de estos bordados que “a todas luces, entrar por estos pasajes es similar a abrir un diario de vida o un cuaderno de apuntes y bocetos. Los bordados llevan el ritmo de la narrativa y se extienden como pieles curtidas donde es posible seguir una historia íntima contada puntada tras puntada. Es un callejón sin salida donde alguien grita a todo pulmón. Los secretos de uno visibilizan las sombras del resto. Al fin y al cabo, todos somos animales apunto de morir.”



Fotos por Felipe Ugalde