Atlas de Trinidad Metz Brea



Nacida en 1994 en Argentina y criada en Uruguay, dícese Rioplatense. 
Su obra explora qué significa ser humano o más que humano en el Antropoceno mediante ficciones especulativas protagonizadas por entidades mutantes, de metamorfosis bestiales y operaciones antropofágicas que llevan las marcas de un planeta en llamas. Crea crónicas fantásticas que emergen del potencial de lo que resiste, adaptándose y mutando en un contexto de desafíos climáticos, ecológicos y sociales, dando paso a subjetividades tentaculares y devenires porosos entre post-apocalípticos, distópicos y esperanzadores.
Influenciada por imaginarios diversos, desde la mitología clásica occidental y la historia del arte, a leyendas, mitos y cuentos folklóricos latinoamericanos, y de narrativas de sci-fi, gaming, comics y manga; así como estudios biológicos, bestiarios y la naturaleza misma. A la vez que explora las relaciones materiales y conceptuales entre tradiciones artísticas y nuevas tecnologías en esculturas híbridas, tomando procesos del 3D, pintura, dibujo y otros medios.  

Es Licenciada en Artes Visuales de la Universidad Nacional de Arte e ingresó al programa de Artistas de la UTDT 2024. En el 2023 fue seleccionada en el premio Argentino a las Artes Visuales OSDE y realizó su tercer muestra individual Ferales, con curaduría de Sofía Dourron en Valeries Factory. En el 2022 recibió el primer premio adquisición del Salón del Litoral de Santa Fe y fue seleccionada en los premios Fundación Klemm y Fundación ITAU. Asimismo, en el 2021 fue seleccionada en el premio Fundación Klemm, en la Bienal de Arte Joven y recibió el Premio en Obra de ARTEBA. 






“(…) El lenguaje barroco se complace en el suplemento, en la demasía y la pérdida parcial del objeto. […] El objeto parcial: seno materno, excremento – y su equivalencia metafórica: oro, materia constituyente y soporte simbólico de todo barroco-, mirada, voz, cosa para siempre extranjera a todo lo que el hombre puede comprender, asimilar(se) del otro y de sí mismo, residuo que podríamos describir como la (a)lteridad”  Sarduy, S. (2011). El Barroco y el neobarroco. El cuenco del Plata. p. 3

“(…) La tecnología se «hace cuerpo» en las dos grandes metáforas tecnológicas de la incorporación del siglo xx, el robot y el ciborg, a partir de las cuales podríamos pensar el sexo en cuanto tecnología.
(…) El término «órgano» proviene del griego ergon, que designa el instrumento o la pieza que, unida a otras piezas, es necesaria para realizar algún proceso regulado. Según Aristóteles, «todo arte (techné) necesita sus propios instrumentos (organon)» […] Organon tiene, por lo tanto, el sentido de ser un método de representación, un instrumento de saber, un conjunto de normas y de reglas racionales gracias a las cuales podemos comprender la realidad. Un organon tal como lo comprendía Aristóteles, es algo que hoy podríamos denominar una tecnología textual de codificación-descodificación. El organon es también un aparato o un dispositivo que facilita una actividad particular … Como si fuera la prótesis (una noción contemporánea de la emergencia de la filosofía moderna, que aparece en torno a 1553 para referirse tanto al suplemento de una palabra con un prefijo, como a reconstrucción de un cuerpo gracias a un miembro artificial) . y no el miembro vivo, la que se esconde desde siempre detrás de la noción «organon»” Preciado P. B. (2002). El manifiesto contrasexual. Opera Prima. p.127 y 128 










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“(…)Te digo: estoy intentando captar la cuarta dimensión del instante-ya, que de tan fugitivo ya no existe porque se ha convertido en un nuevo instante-ya que ahora tampoco existe. Quiero apoderarme del es de la cosa. Esos instantes que transcurren en el aire que respiro, como fuegos artificiales estallan mudos en el espacio. Quiero poseer los átomos del tiempo. Y quiero capturar el presente que, por su propia naturaleza, me está prohibido; el presente se me escapa, la actualidad huye, la actualidad soy yo siempre en presente.
¿Mi tema es el instante? Mi tema de vida. Intento estar a su nivel, me divido millares de veces en tantas veces como los instantes que transcurren, tan fragmentaria soy y tan precarios los momentos, sólo me comprometo con la vida que nace con el tiempo y que crece con él; sólo en el tiempo hay espacio para mí.

Clarice Lispector ~ agua viva