Vestigios

Ignacio Del Río, Chile.

OMA Art Gallery, Santiago de Chile, Chile – 2020
Fotos: cortesía del artista y OMA Art Gallery.

El artista chileno Ignacio del Río expone piezas escultóricas que parten de sus recorridos por la ciudad de Santiago en la galería OMA Art Gallery.
Desde el azar el artista recolecta y selecciona objetos, rescatando lo precario y accidentado que sobra en el espacio urbano.

El objeto desplazado, como consecuencia de un desenfrenado crecimiento de la ciudad y su constante consumo desechable, permite al artista recrear piezas escultóricas únicas e irrepetibles que su composición en conjunto generan armonía y se alejan de la circunstancia doméstica y azarosa de su descubrimiento.

Texto por Abigail Valenzuela:

Como un despertar, Santiago comienza a crecer exponencialmente al finalizar siglo XIX. El inevitable movimiento migratorio campo-ciudad impulsó reformas que contribuyeron al cambio no solo de su fisonomía, sino también en una renovación en las identidades de los protagonistas de esta experiencia y la forma en cómo se hacen parte de ella. En unos pocos años surge un nuevo espacio público, el Gran Santiago, que cautiva miradas y es inspiración para pensar la floreciente modernidad. Aúnla urbe no se ha desbordado lo suficiente para nublar la vista de los grandes cordones montañosos y cualquiera,sin alejarse demasiado, puede dejarse sorprender por el bello paisaje que se dibuja en el contraste entre el campo y la ciudad. Desde ahí, al retirarse de la modernización imperante, la pregunta por el futuro es obsesionante.

Un poco más de cien años más tarde, en el ajetreado ritmo del mismo Santiago, que sigue su curso tanto vertical como horizontalmente, el hombre de multitud ya no dirige su mirada al encanto del entorno. Los grandes rascacielos, que se han propuesto competir con las alturas de los Andes, no despiertan ni la más mínima novedad en él. Por el contrario, en su deambular errante, son los objetos perdidos insertos en el paseo público los que llaman su atención. Estos, descontextualizados yaccidentados, guardan en sus cuerpos la huella de la masa, del movimiento, la rapidez y el desborde. Hablancomo testigos inertes, en esencia y superficie, pues en estas late la memoria de un imaginario social. Pero como objetos de la cultura citan en ellos una ausencia; ¿hastadónde llegan hoy los límites de la ciudad?, ¿por qué ya no es posible retirarse de la urbe? Es esta escritura muda de lo encontrado y de lo no presente la que deslumbra y al mismo tiempo concierne al transeúnte. Inundado por este sentimiento, y dictado por lo orgánico de las formas que saturan su vista, se propone retratar la narrativa de la naturaleza del paisaje que habita.