The captive

Mercedes Azpilicueta, Argentina.

Galerie Fons Welters, Amsterdam, Paises Bajos – 2020
Fotos: Gert Jan van Rooij, cortesía de Galerie Fons Welters.

Azpilicueta presenta su trabajo en la galería Galerie Fons Welters, donde exhibe una nueva serie de esculturas junto a un video.
La artista se inspira en el barroco, un movimiento que ha jugado un papel importante en su práctica en los últimos años. La idea del exceso y la superposición de múltiples narrativas sin una sola verdad le atrae, al igual que el lenguaje y la literatura como conectores en su práctica.
Azpilicueta toma el neobarroco de la América Latina del siglo XIX, un período de transición de colonia a república, donde el Barroco fue reinterpretado como una forma de reinventarse a sí mismo y al otro, y definir diferentes culturas e identidades.

La artista observó qué cifras eran relevantes en ese momento y se encontró con la leyenda de la cautiva Lucía Miranda, según lo contado por Eduarda Mansilla (1834-1892). La historia está en línea con el interés de Azpilicueta en figuras históricas, especialmente musas no incluidas en la historiografía general. Miranda fue la primera mujer europea en ser capturada por los pueblos indígenas a su llegada a Argentina en el siglo XVI. En esta narración de la historia de Miranda del siglo XIX, Mansilla enfatiza la fuerza tanto de la resistencia de Miranda como de los pueblos indígenas.

El video The Fast Gossiper consta de una tetera de plata con forma de nandoe, animal nativo de América Latina, que cuenta la historia de Eduarda Mansilla. Esta tetera se usa en América Latina para beber té, yerba mate, con el cual Azpilicueta se burla de la idea limitante de que las amas de casa cotillean sobre el té.

Para las esculturas de la exposición, Azpilicueta examinó la moda del siglo XIX, que giraba en torno a restringir y distorsionar el cuerpo femenino. La silueta fue manipulada y transformada por corsés y pelucas, a los que ella se refiere en las esculturas de vestuario de The Captive. La tensión que contienen las esculturas se yuxtapone mediante el uso de materiales suaves y naturales. Las tensas y al mismo tiempo sensuales piezas de vestuario se convierten en personajes teatrales en el espacio.
Desde su ambigüedad, se vislumbran las limitaciones de las mujeres en el pasado junto a la libertad deseada para el presente y el futuro.