Pasado Mañana

Beatriz Cortez, El Salvador y Rafa Esparza, México.

 

 

Commonwealth and Council, Los Angeles, Estados Unidos – 2018.
Con la colaboración de Fabián Guerrero, Sebastián Hernández, María Maea, Rubén Rodríguez, Gabriela Ruiz y Brenzy Solorzano.
Fotos cortesía de la galería.

 

 

“Pasado mañana” es una exposición de nuevos trabajos de Beatriz Cortez y Rafa Esparza.
Juntos postulan el trabajo de los inmigrantes como una base para construir un futuro en el que sean posibles imaginarios múltiples de género, raza, clase y cultura.

Cortez y Esparza escenifican el potencial inherente a esta temporalidad especial -anclada en el futuro perfecto y todas sus implicaciones poéticas- donde la subjetividad colectiva y nómada no solo es imaginable, sino que florece.

 

La multiplicidad de tiempo y espacio se repite a lo largo de la práctica de Cortez, que navega la simultaneidad de la experiencia inmigrante como un nexo verdaderamente crítico, con sus versiones diferentes y a menudo competitivas de la modernidad, la urbanidad, la tecnología y la cultura. Para Cortez, la nave espacial proporciona el tiempo que las máquinas y los adivinos tienen en otros lugares: una clarividencia protectora a través de la cual trazar y entender mejor lo que de otro modo podría convertirse en un estado intratable de disonancia cognitiva. El desarrollo de prácticas formales y espaciales adecuadas a la experiencia de simultaneidad fundamenta la exposición. Esparza monta una intervención compleja en la arquitectura de la galería, reemplazando parcialmente, reforzando parcialmente sus paredes blancas y pisos de madera con adobe, un proceso material profundamente imbuido de su propio tiempo e historia. Tanto en contenido como en contexto, este gesto reconstructivo constituye un cuadro de significado histórico y personal, un acto de afirmación radical y una plataforma para el compromiso expansivo. Para estas paredes de adobe, Esparza ha invitado a seis artistas homosexuales (Fabián Guerrero, Sebastián Hernández, María Maea, Rubén Rodríguez, Gabriela Ruiz y Brenzy Solórzano) de la próxima generación para mostrar el trabajo junto con los retratos que ha pintado de ellos, participando en un encuentro artístico dialoga con estos artistas que existen en el presente, pero habla del futuro.

 

 

Lirios de agua crecen allí. El sistema diseñado para su cultivo en la galería complica este “futuro perfecto”, introduciendo una idea circular del tiempo que incluye preservar el conocimiento antiguo en generosidad hacia futuros aún no imaginados, a pesar de los obstáculos coloniales que deben superarse para que este don sobreviva. El rey maya Pakal llevaba lirios de agua en su tocado, simbolizando los ríos, arroyos y cascadas que se ejecutarían en su reino, pero también sus avances tecnológicos en el campo de la agricultura. El trabajo de cultivar la naturaleza, tan instrumental para los mayas en el trabajo de la tierra para construir recintos monumentales de profundidad espiritual y placer estético, continúa siendo la base de la experiencia del inmigrante. Los jardineros inmigrantes de todo Los Ángeles ponen en práctica diferentes formas de conocimiento y trabajo antiguo y contemporáneo.
Como en su colaboración anterior, “Nomad 13”, Cortez y Esparza también son jardineros aquí. Su trabajo combinado nutre estas flores, rebosantes de aspiraciones, historia antigua y valor comercial y estético, para prosperar en las circunstancias que elijan.