La fiebre de las cosas

Amanda Tejo Viviani, Argentina.

NN Galería, La Plata, Argentina – 2021
Fotos: cortesía de NN Galería
Curaduría: Carlos Herrera

Texto curatorial de Carlos Herrera:

Héctor de Rodas, un supuesto escritor de novelas policiales, averigua los antecedentes criminales de cuatro personas aparentemente respetables: los señores Guevara, Méndez, Velázquez y Duarte, y junto a su secretaria Marta los contrata para matar a cuatro personas elegidas al azar, dejando en el lugar como única pista un pulpito negro de goma. Con ese material el señor de Rodas piensa escribir el libro Teoría y práctica del crimen perfecto basado en la premisa de que nada liga a las víctimas con sus ejecutores. Esto es sólo el preámbulo de una serie de asesinatos interminables orquestados por el Pulpo Negro.

Teoría y práctica del crimen perfecto es el título que se me vino a la mente el día que por primera vez me crucé con la obra de Amanda.
Sus pensamientos parecieran traducirse en esa oscura y sucia pintura como quien limpia con una remera transpirada un pegajoso charco de sangre para desordenar una evidencia.
Si entendemos “el arte” como un escenario del crimen, podemos pensar entonces que la pintura funciona como una herramienta catalizadora de relatos que nos dejan ver una verdad paralela a “la realidad”. Estos asesinatos pictóricos funcionan como presagios, deseos, ilusiones y sin duda como vísperas de historias que con un final abierto dejan al desnudo a personajes y animales como víctimas de un paisaje desolador.
“La fiebre de las cosas” no es más ni menos que el dibujo desgarrado de una artista embriagada de sangre que lame del parquet una maldición que transforma “el arte” en “la realidad”.

Amada Amanda
Plumas destripadas
Ojos de salchichas
Manos de palomas
Uñas que son destornilladores
Escombros como panes
Puertas que no abren
Gatos que ladran
Pulpos en la panza
Velas bailarinas

Medallas malditas

Y un dolor