Invenção de Origem


Antonio Dias, Carmela Gross, Solange Pessoa y Tunga, Brasil –
Lothar Baumgarten, Alemania.

Pinacoteca de São Paulo, São Paulo, Brasil – 2019.
Coordinación: José Augusto Ribeiro
Fotos cortesía de Pinacoteca de São Paulo

El punto de partida de la exposición colectiva es la película del artista alemán Lothar Baumgarten “El origen de la noche: Amazon Cosmos (1973-1977), la cual se basa en un mito Tupi, registrado por el antropólogo francés Claude Lévi-Strauss, sobre el origen de la noche, que según él, acostumbraba a “dormir” bajo las aguas, cuando los animales todavía no existían y las cosas tenían el poder del habla.

A partir de imágenes capturadas en el río Reno, entre Dusseldorf y Colonia, el artista crea situaciones ambiguas. “Las imágenes son paradójicas, muestran una especie de bosque virgen en el que el desperdicio de la civilización humana se extiende. Baumgarten recurre al cine para volver a reunir los mitos de un bosque tropical, por lo que el espectador no sabe si ese es el principio o el fin del mundo “, dice Ribeiro.

La película se presenta junto con una selección de obras de artistas brasileños de diferentes épocas, los cuales tienen en común que su trabajo aluden a tiempos y acciones primordiales que podrían haber contribuido a las narraciones sobre el origen de la vida.

Teniendo en cuenta los temas presentados en la película, la investigación curatorial se centró en una parte muy específica de la producción brasileña, que comprende alrededor de 40 obras de cinco artistas, incluyendo video, pintura, escultura, etc., producidas desde los años 70 hasta nuestros días. La selección tiene en cuenta experimentos de lenguaje y materiales que se convierten, al mismo tiempo, en imágenes y objetos con aspectos inmemoriales, con sugerencias de gestos fundamentales, insertando al observador en un tipo de sistema de producción o comunicación de ideas que todavía están en formación.

En la primera sala de exhibición, donde también se encuentra la película de Lothar Baumgarten, el visitante se encuentra con dos obras de Carmela Gross: Facas [cuchillos] y 300 larvas [300 larvas], ambas de 1994. Para la Invención de origen, la curaduría reunió a 500 de las aproximadamente 1000 piezas (formas elementales de cuchillos) que forman la primera. La operación de la artista para el trabajo anticipó el cambio de un modelo de cuchillo a otro cada vez que consideraba que había adquirido la capacidad de hacer ese modelado.

“Por lo tanto, Carmela Gross parece restablecer, en cada grupo de cuchillos, el advenimiento de una técnica, un nivel cero, una especie de primer gesto”, en opinión de Ribeiro. La configuración del trabajo nos recuerda el resultado de una excavación arqueológica o una catalogación etnográfica. Junto a él, también refiriéndose a la idea de inventario antropológico, se instala parte del trabajo 300 larvas grupo de monotipos que Gross produjo en varios tamaños y tipos de papel.

Las obras seleccionadas de Antonio Dias pertenecen a un período específico, que se extiende desde 1977 hasta mediados de los años noventa. En este período, Dias viaja a Nepal, donde con artesanos locales aprende a fabricar papeles hechos a mano y desarrolla técnicas de teñido para hojas de papel con elementos naturales (tierra, cenizas, verduras, etc.). Esta investigación con materiales se despliega luego en pintura, con el uso de óxido de hierro, lámina de oro y pigmentos brillantes, que le dan al mineral de la pantalla y aspectos metálicos. En estas obras son recurrentes las imágenes de huesos y referencias a pinturas rupestres, así como imágenes de la cultura pop. “La serie destaca pasajes llenos de tensión entre naturaleza y cultura.”

En la misma sala, hay un conjunto de piezas del artista Tunga: “Las operaciones que conforman estos trabajos resaltan la importancia que Tunga otorga a los procesos de realización del trabajo, a la investigación sobre los límites de un lenguaje artístico y, al mismo tiempo, a la capacidad alusiva e imaginativa de los resultados”, comenta el curador.

Finalmente, en la última sala de la exposición, Pinacoteca presenta una obra aún en proceso del artista de Minas Gerais Solange Pessoa. La instalación consiste en una escultura de 10 metros de largo, hecha con plumas de pájaros y tejidos, pendiente del techo en forma cónica, que recuerda el torso de un árbol.

A su alrededor, una serie de relieves en barro y 36 pinturas sobre papel, con siluetas de animales fantásticos y polimórficos, una mezcla de aves, reptiles o vegetales, como si estas formas estuvieran en transmutación. “Parece un bestiario que alude a la formación de especies”, dice el curador de la exposición. Lo que a su vez reintroduce al visitante una vez más en el universo de la película de Baumgarten, “la idea de un principio de todo lo que parece haber emergido un poco contaminado, impuro”, concluye Ribeiro.