Green Irises

Patricia Domínguez, Chile.

Gasworks, Londres, Inglaterra – 2019.
Fotos cortesía de Gasworks.

La artista chilena Patricia Domínguez explora las prácticas de curación que surgen de los puntos donde diferentes mundos se encuentran, se enfrentan y se superponen como resultado de los cruces coloniales. Arraigada en la investigación de la etnobotánica realizada en América del Sur, su primera exposición individual en el Reino Unido invita al espectador/a a imaginar posibles futuros para humanos y plantas que prosperen en las grietas de la modernidad.

La exposición presenta video instalaciones junto a una serie de altares y tótems. Combinando el surrealismo etnográfico y la ciencia ficción, el trabajo de Domínguez abarca una serie de mitos, símbolos y rituales moldeados por el extractivismo y las finanzas globales, desde el culto sincrético de Nuestra Señora del Cerro Rico, una mina de plata infame en Bolivia donde murieron ocho millones de nativos, hasta un Museo arqueológico dentro de la oficina central de Scotiabank en Cusco, construido sobre las ruinas de un palacio Inca.

Las esculturas repartidas alrededor del espectáculo incorporan objetos talismánicos con camisas de hombres de negocios y productos electrónicos de consumo como una manera de exorcizar los efectos del neoliberalismo en el cuerpo, señalado por la presencia de plantas curativas como la Rosa de Jericó, que se dice que absorbe las radiaciones dañinas de redes Wi -Fi; y el Aloe Vera, usado para aliviar el síndrome de visión por computadora.

El reciclaje de materiales y símbolos de Domínguez es un testimonio de su encuentro con un tótem enigmático en forma de pájaro en las colecciones de los misioneros salesianos en Punta Arenas, Chile. Imaginado por niños nativos bajo el dominio colonial, este artefacto, creado en la muestra, personifica el bricolaje cultural como un medio para resistir el borrado de los mundos y los medios de vida indígenas.

Cerámicas, acuarelas y ensamblajes de objetos encontrados se reúnen alrededor de una instalación de video con forma de altar cibernético. En su corazón, el holograma de un jarrón precolombino que representa un pato llorón sirve como un avatar para lamentar los muchos mundos suprimidos por el poder colonial.

La pieza central del altar es un video de 25 minutos de duración titulado Ojos de plantas, que explora la práctica de la curación con rosas y otros rituales mestizos que emergen en las zonas de contacto entre cosmologías radicalmente diferentes. Introducidas por colonos europeos, las rosas adquirieron el poder mágico en el imaginario colonial a través de la leyenda de Nuestra Señora de Guadalupe, quien eligió la rosa como un símbolo para manifestarse ante Juan Diego, el primer santo indígena de las Américas. Incorporando ilusiones ópticas, accesorios hechos en casa y parientes cercanos como actores, el video de Domínguez induce una experiencia alucinante.

El video principal está compuesto por dos animaciones digitales de gran tamaño de los iris escaneados del artista. Mirando hacia atrás a la audiencia, los ojos verdes de Domínguez, un signo de la herencia europea, se convierten en un registro increíblemente fotorrealista de encuentros coloniales.

La exposición está acompañada por una publicación artística diseñada en colaboración con Futuro Studio. Concebido como una obra de arte, incluye un ensayo que relata un viaje etnobotánico a través de tierras indígenas en Bolivia, Chile y Perú. Enfocado desde una sensación de asombro, el texto descubre las historias enterradas debajo de la superficie de las represas hidroeléctricas, las estaciones de servicio y otros “templos del extractivismo”.