Fuego

Matías Solar, Andrew Birk y Allan Villavicencio, México.

Fuego, Ciudad de México, México – 2018.
Fotos de PJ Rountree, cortesía de Fuego.

Fuego es un sitio para la  creación y promoción de la pintura contemporánea en la ciudad de México.
En su muestra inaugural presentan una exhibición de tres propuestas realizadas en su taller.

En conversación con Relieve Contemporáneo, los integrantes profundizan sobre FUEGO contextualizandolo en CDMX y su perspectiva como proyecto de pintura contemporánea.
Ciudad de México tiene una gran historia en torno a la pintura, lo que a veces pareciera coartar a las nuevas generaciones frente a los grandes referentes del pasado. Nos interesa poder generar un dialogo con esa historia, que a su vez cree una demanda y un flujo de ideas.  

Dentro de este contexto FUEGO, además de establecerse como un lugar de producción, busca un intercambio a nivel internacional que diversifique las preguntas sobre pintura en la ciudad. Todo esto a través de mutaciones en el mismo espacio, la pintura para nosotros, no es un lugar fijo, es algo incandescente, algo maleable.

¿Qué factores o circunstancias les hicieron generar un proyecto con foco en la pintura contemporánea?

Hay un factor generacional y además un factor geográfico, todos los que conformamos el proyecto pertenecemos a diferentes lugares,  Norteamérica , Sudamérica y México, por circunstancia de la vida nos toca trabajar en diferentes contextos y escenas artísticas diversas. En esos caminos nos encontramos ciertos links con problemáticas mas bien humanas-globales, que nos llevan a generar proyectos con una base  antropológica,  en ese sentido  el proyecto surgió como un lugar de reunión un “fuego” que nos toca mantener activo, como forma de investigación sobre lo humano en relación a la práctica pictórica  y hacer arte en un momento tecnológico y económico muy extremo en el que resurgen las preguntas ancestrales  

En primera instancia los tres tenemos una práctica constante en la pintura.
En segunda, la cual es la que nos terminó de unir, fué la búsqueda de un lugar de trabajo, un taller. Después pensamos en la posibilidad de que no sólo se diera sólo en ámbito de la producción, sino también en una serie de eventos que pudieran generar intercambios (exposiciones, residencias etc) con pintores de otras latitudes. Por ejemplo, pensamos en algún artista neoyorquino y otro chileno, tal vez en un francés para un cuarto evento.

Matías Solar plantea una búsqueda de experimentación en el soporte pictórico , utilizando  tela comúnmente ocupada en banderas y objetos festivos.

En este caso los pliegues y burbujas que el propio material  genera en un proceso de lavado son capturados mediante la aplicación de pintura en spray,  estas formas manipuladas de manera casi automática , muestran finalmente imágenes con referencias a renders digitales o de ciencia ficción.

Las materialidades son forzadas a hablar de un contexto social cotidiano de contrastes entre precariedad y alta tecnología.

Andrew Birk está buscando activamente a un asistente que lo arrastre por el callejón detrás de su estudio, sobre los hoyos y cristales rotos, sobre las manchas de grasa del camión y el polvo de neumáticos contaminados. Así es como está haciendo su trabajo en este momento, en mezclilla. Además de su cerebro, su cuerpo es la herramienta que más le interesa desarrollar.

Allan Villavicencio, desplaza la pregunta de dónde comienza y termina una pintura hacia una cuestión más amplia de producción del espacio que implica explorar cómo se delimitan ciertos espacios en la ciudad. En ese sentido, sus cuadros vuelven las estrategias de delimitación al interior de la pintura un correlato de algunas maneras de demarcación del espacio urbano. Así es como su practica puede pensarse como imagen y también como una acumulación material de gestos pictóricos que construyen y apuntalan lo que vemos en la superficie del cuadro.

Pensamos en flamas, mugre, accidentes, preguntas que cada quien se hace y  también en reflejos, rebotes, una especie de examen de la vista.