Festival Chatarra

220 Cultura Contemporánea, Córdoba, Argentina – 2018

Curaduría: Mercedes López Moreyra.
Fotos: Gonzalo Viramonte y Botón Rojo.

Chatarra es un festival argentino de arte contemporáneo, que tiene como eje conceptual el arte como herramienta de transformación social. Lxs directorxs del Festival (Francisco Melano Cassina y Mercedes López Moreyra) proponen en la 5ta edición, siete instalaciones de sitio específico, donde se trabaja el contexto histórico del edificio que alberga al festival como punto de partida.

Concibiendo el espacio como epicentro para la construcción y deconstrucción de temáticas contemporáneas, el Festival Chatarra reconfigura la dinámica espacial de 220CC, para reflejar las ambivalencias de dos conceptos tan antagónicos como interdependientes: conexión y desconexión. Se percibe el proceso de conexión como un mecanismo que se transforma continuamente, reformulando su concepto y (des)concepto.

La premisa popular “desconectarse para conectarse”, entra en este juego de contradicciones como una herramienta de articulación para generar dispositivos de conexión alternativos, donde la reconfiguración espacial surge como un recurso para desorientar sobre lo conocido y así aproximarse a re-conocer lo inmediato. De esta manera, las instalaciones e intervenciones ponen en jaque el espacio, la circulación y la percepción de sus límites, abordando temáticas que trabajan con el contexto edilicio para cuestionar, tensar y evidenciar el espacio a través de diferentes experiencias estéticas.

Cada obra busca interpelar al espectador y plantear nuevas dinámicas interpretativas sobre la relación y percepción de sus vínculos con el espacio, los otros y sus contradicciones contemporáneas.
De esta manera nos encontramos con trabajos que invitan a dejar rastros de nuestros pasos, a desconcertarnos a través del cambio de escala, a desconcentrarnos con un juego, a buscar una escena de silencio y sobre todo a fluir por el laberíntico espacio de La Plaza de La Música, cuya historia y carga simbólica (una usina termoeléctrica que dotaba de conexión a la Ciudad de Córdoba) se pone en valor a partir de las experiencias ofrecidas en la quinta edición del Festival Chatarra.

Andrey Zignnatto (Brasil) – “Erosiones”

Zignnatto exhibe un conjunto de piezas en el pasillo principal que irrumpen la circulación por su peso y escala.
Andrey investiga los problemas de las metrópolis actuales, a través de estos módulos de construcción, que re-interpretados, proporcionan lecturas poéticas.
La materia prima es el ladrillo industrial, poniéndolo en valor como elemento representativo del estado de crecimiento de las ciudades en Latinoamérica. Esta obra adquiere nuevas perspectivas en el contexto cordobés, ya que el ladrillo es un elemento representativo en la arquitectura y desarrollo de la ciudad, por lo que se activan interrogantes sobre la forma de construir y reconstruir espacios. El artista trabajó tres semanas en la ladrillera Palmar, haciendo posible la creación de estas piezas de gran tamaño.
Además se exibió el video “Amarelinha”, un registro del artista en Siria y San Pablo, el cual consiste en un popular juego que realizan niños en diferentes latitudes del mundo. Esto complementa el trabajo de Andrey sobre el concepto de frontera como punto de encuentro y posibilidad.

Florencia Salazar – “Dibujo para un andar inútil“

“La arquitectura del 220 tiene túneles sin sentidos, alcantarillas, que estuvieron comunicadas pero ahora no. Mi idea es señalar esta observación, resaltar la idea de túnel sin sentido, construyendo un túnel adentro de otro túnel (la sala)“. Florencia Salazar.
Este trabajo busca jugar con la percepción del espectador, cambiando el punto de fuga de la perspectiva e invitándolo a recorrerlo con la mirada.
El túnel sobre la sala, se construye con módulos de listones  negros, que siguen el contorno del espacio.
El color negro de la sala y su réplica en paralelo, hacen que el observador tenga que ingresar para percibir la obra, por lo que implica un recorrido y un tiempo en su experiencia.

Victoria Liguori – “Homogeneous“

El trabajo de Victoria, busca un encuentro íntimo e incómodo mediante un dispositivo en el que los visitantes pueden insertar sus cabezas.
Esta pieza indaga sobre la relación sujeto/objeto, mediante la presentación del cuerpo a través del cruce de dibujos y objetos. Se encuentran también en la sala, elementos que vienen del área del diseño para ironizar acerca del hombre y el esquema político, cultural y social construido sobre éste.
Esta pieza se exhibe como producto de una marca ficcional “ON/ OFF”, de funcionalidad y sentido dudoso, que trazan sobre el cuerpo nuevos contornos y formas de interacción en un diseño que incluye al individuo como parte de la mercancía.

Lael SERVICENTRO – “Búsqueda del tesoro”

El espectador se encuentra atrapado por una composición caótica de construcciones a partir de  objetos fusionados y unidos por film plástico.
El artista recicla, transforma y se apodera de los signos que lo rodean.Este trabajo exhibe la acumulación que realiza el artista en su vida diaria y que representa el exceso de información que circula en nuestra efímera actualidad. El espacio se pone a disposición del espectador, el cual puede interactuar con las piezas, cambiarlas de lugar, intervenir las paredes, entre otras acciones, transformándo la propuesta en un área liberada para la creación.


Margarita Nores y Ciro del Barco – “Nocturno”

Este trabajo, articula la circulación de 220CC y sus profundidades laberínticas para recrear en su arquitectura una escena de un paisaje nocturno y natural.
Se proyecta un video de manera mappeada sobre un volumen de masa vegetal autóctona, seca, extraída de un desmonte.
La atomosfera natural se complementa con proyecciones y sonidos (plantas, agua, pequeños insectos) grabados in situ en el monte serrano  de Córdoba, trasladando la experiencia de transitar el campo durante la noche, donde el sonido del silencio invita a conectarse con uno mismo y su entorno.
Esta obra también presenta una visión crítica hacia la expansión desmedida de la ciudad y su impacto destructivo en la naturaleza autóctona.

Franco Basulado – “Utilización de dispositivos del estado”

Basualdo creó un muro en medio de una sala cortando su espacio y circulación, el cual fue destruido como parte de una performance el día de la inauguración.
Este muro presentaba el escrito “CUANDO EL PUEBLO TIENE UNA VOLUNTAD NO TIENE REPRESENTANTES” de un lado y del otro con colores opuestos “SE REPRESENTA A SI MISMO”.
La instalación pretende ilustrar el momento posterior a un acontecimiento, y como la interacción involuntaria de la gente genera una historia que se contará por el movimiento de los fragmentos del  muro en la sala. La acción pone en escena el poder de una forma destructiva, pero a la vez constructiva porque genera una reconstrucción que muta en otro paradigma formal, en la disposición de las partes de esta obra en el espacio.

“La sala se convierte en una escena del crimen,  que nos hace cómplices y nos induce a dejar rastros de nuestro paso a medida que la investigamos.”

Agustina Roca – “Estado“

Agustina Roca presenta una instalación en movimiento que nos remite a la fragilidad de las cosas, mediante una sala compuesta de dos cuerpos traslúcidos en un fondo iridiscente. “¿Qué relación hay entre lo personal y la atmósfera social? ¿Serán la sensibilidad y la ligereza las maneras a adoptar frente a la pesadez del mundo?”

El concepto de “estado”  abarca muy diversas acepciones, tales como “Situación en que se encuentra alguien o algo, y en especial cada uno de sus sucesivos modos de ser o estar”, “Clase o condición a la cual está sujeta la vida de cada uno” o “País soberano, reconocido como tal en el orden internacional, asentado en un territorio determinado y dotado de órganos de gobierno propios” (todas extraídas del diccionario de la RAE).