Conversamos con Rochi del Castillo & Gerardo Chávez-Maza

 

ArtLima presenta su sexta edición, del 19 al 22 de abril de 2018, en la Escuela Superior de Guerra del Ejército del Perú.

Este año, son 81 los expositores provenientes de 25 ciudades, 17 países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, EEU, España, Francia, México, Panamá, Perú, Puerto Rico, UK, Uruguay y Venezuela).

 

Además de exhibir producciones de galerías nacionales e internacionales, ofrecerá un atractivo cronograma que complementa el espíritu integrador e innovador de esta edición, dinamizando la oferta cultural en Lima y buscando sinergia entre diferentes agentes culturales e instituciones. Entre las actividades destacadas se encuentran los conversatorios, el  programa educativo, premiaciones, reconocimientos, visitas guiadas, plataforma audiovisual, etc.

 

Estuvimos en diálogo con Rochi del Castillo, directora de ArtLima y con Gerardo Chávez-Maza, curador general, quienes nos brindaron sus perspectivas sobre la feria y su panorama contextual.


Rochi del Castillo

 

 

¿En qué se diferencia esta edición de ArtLima 2018 con las anteriores?

 

Este año hemos incorporado al staff permanente de la feria a Gerardo Chávez-Maza como curador, regresan los Projects a cargo de Oscar Roldán-Alzate y creado una nueva sección para editoriales independientes de libros de artistas.

 

 

¿Cómo describirías la escena peruana de arte contemporáneo? ¿Cuál es el estado del arte en Lima?

 

Creo que la escena peruana de arte contemporáneo es muy rica, no solo por lo que están produciendo los artistas peruanos sino también los extranjeros que llegan hacer residencias y exposiciones del más alto nivel. Son muy pocas las instituciones que albergan arte contemporáneo.
A nivel de galerías, la escena viene cambiando, nuevos espacios se abren, consagrados se cierran para iniciar nuevas etapas.
Los artistas peruanos brillan en el extranjero de manera fabulosa y la Feria ha logrado que todos estemos conectados más que nunca a pesar de la distancia.

 

 

Se interpreta un interés por integrar ArtLima a la ciudad. ¿Qué potencial encuentran en articular la Feria con las instituciones culturales públicas?

 

ArtLima, como su nombre lo indica es la feria de arte de Lima y ha crecido con ella. Supera su recinto ferial para generar mayor acercamiento del público al arte contemporáneo. Encuentro un potencial fantástico ya que trabajamos con elementos de identidad que ninguna otra capital Sudamericana puede ofrecer, hay que apoyarnos en nuestra esencia. Este año, hemos logrado que siete instituciones ubicadas en el Centro Histórico de Lima se abran al arte contemporáneo durante el mes de abril ofreciendo contenidos sobresalientes, que museos como el Amano (de textiles precolombinos) albergue una colectiva de artistas peruanos en sus espacios permanentes, y que la Municipalidad de San Isidro presente Color Aditivo Lima 2018 del maestro Carlos Cruz Diez.

 

 

Por primera vez, contamos con un Programa de Promoción de Coleccionismo Joven (Iniciando Colecciones)
¿En qué consiste y qué oportunidades ofrece?

 

Este programa se ha creado con dos intenciones cuyos resultados los veremos en unos cinco años: la primera es la de formación de un nuevo coleccionista para lo cual hemos identificado un grupo de 50 interesados (entre 20 y 30 años) para participar de visitas guiadas a cargo de personal capacitado con quienes conocerán la Feria y sus artistas.
La segunda intención, es incentivar la compra de piezas que no superen los dos mil dólares entre un grupo de interesados no superior a 40 años los cuales hemos identificado previamente he invitado a venir, para que guiados por una persona especializada conozcan más de la producción del artista de su interés.

 

 

Gerardo Chávez-Maza


¿Cómo enfocas tus proyectos curatoriales?

 

Creo que siempre hay un componente creativo. Pienso que la curaduría es una práctica en cambio constante y, por   ende ha encontrado un espacio dentro de los tantos posibles discursos del arte contemporáneo. Soy partidario, a pesar de la controversia, en el potencial artístico –hasta cierto punto- del campo curatorial en tanto este sea un detonante en la transmisión de ideas y producción de contendidos.

 

 

¿Qué factores, características y/o criterios tuviste en cuenta como curador general para esta nueva edición de ArtLima?

 

La feria no se concibe bajo una prerrogativa curatorial, o por lo menos no una que determine o limite su panorama expositivo. La feria debería ser un punto de encuentro para artistas, galeristas, coleccionistas y público en general. Es esta misma heterogeneidad que debería manifestarse en la diversidad y los matices de las prácticas artísticas expuestas. Sin embargo, ArtLima ha identificado que es fundamental trascender el formato de feria para convertirse en un agente articulador en la escena cultural de su ciudad. Bajo estos mismos lineamientos, asume también un compromiso educativo a través de un programa de conversatorios con especialistas invitados y artistas. La edición busca resaltar por ejemplo, el componente artístico y curatorial de las publicaciones, el rol de las  residencias de arte y los alcances del coleccionismo en Latinoamérica.

 

 

Según tu mirada ¿Qué tiene para ofrecer la escena emergente en contrapunto con artistas consolidados en el marco de una feria internacional?

 

En la presente edición de ArtLima he sido curador de la sección Plataforma, en la que participan 13 galerías jóvenes y espacios autogestionados de Latinoamérica. Si bien, inicialmente se establecieron pautas específicas para la convocatoria, el interés busca transcender las capacidades del rol curatorial en un contexto de feria de arte a fin de establecer un territorio de diálogo e integración entre los mismos participantes y consecuentemente con el público asistente. Se proyecta así, una ‘convivencia’ sinérgica que permite el intercambio de ideas y dar a conocer los alcances de los proyectos presentados y cada vez más fluctuantes expresiones artísticas.

 

 

¿En qué consiste la propuesta contemporánea que interactuará con la colección del Museo Amano? ¿Las acciones tendrán una perspectiva integradora o de contraste?

 

La voz que se oye / deja oír es una exposición colectiva de 11 artistas, dentro de las salas de la colección permanente del museo Amano. Una de las intenciones de este proyecto es el de especular desde el imaginario museográfico para irrumpir en la noción de lo lejano y lo cercano. Es un ejercicio empírico que conjuga el presente como un sujeto receptivo y emisor con la invencible presencia del pasado. Se evidencia tanto la relación de las propuestas con las piezas del museo como entre ellas mismas. Sin duda, la fricción es interesante e inevitable, sin embargo, las aproximaciones contemporáneas y gestos curatoriales presentes buscan entablar una conversación entre lo que conocemos y lo que sentimos en un espacio interpretativo extenso que no imponga los significados sino que permita que estos sucedan.

 

 

La Feria está organizada en ocho secciones: Principal, Gabinete, Solo/Dúo, Plataforma, Projets, Área, Institucional y Publicaciones (editoriales independientes de libros de artistas).
Gerardo Chávez-Maza, quien en la sección Plataforma ha seleccionado 12 galerías.
Projects, esta bajo la curaduría de Oscar Roldán-Alzate (Colombia) presentando 7 proyectos, resultado de residencias de arte.
La nueva sección Publicaciones, a cargo de Andrés Marroquín Winkelmann (Perú), con 9 editoriales independientes de libros de artistas. En la sección Principal se lucirán 39 galerías.