entre.vista ~ Wynnie Mynerva y Maria Abaddon

Lxs artistas peruanxs Wynnie Mynerva y Maria Abaddon presentan Paradiso en Proyecto Amil, una exposición que inserta a lxs visitantes en un espacio donde la carne, lxs cuerpxs, el sexo y la fantasía se amalgaman creando un ecosistema propio… un paraíso.

“(…) El óleo y el algodón de sus obras conversan, tienen una profundidad alucinógena y me hacen olvidar por un momento de mi propio cuerpo. Hay mucho que no podemos tocar con la razón. Este Paradiso está repleto de pinturas y telas colgantes, anatomías destripadas y cosidas, capullos que son células que son mandalas, cicatrices y huellas de operaciones, hilos que asemejan pieles derretidas y fluidos corporales como una forma de comunión espiritual. Liberados de toda ley y toda norma, sus personajes portan con orgullo lo que muchos consideran aberrante; ustedes nos invitan a abrir nuestros cuerpos y mirar la transformación de la carne como una posibilidad de otra vida.” fragmento del texto curatorial de Miguel A. López.

Bajo la curaduría de Miguel A. López, las intenciones y búsquedas de cada artista se ven amplificadas por la escala, disposición de las piezas y un recorrido particular donde la mirada queda entregada al descubrimiento y deconstrucción.

Conversamos con Wynnie y Maria sobre procesos y conclusiones acerca de esta exposición:


Mercedes López Moreyra:. En “Paradiso” la propuesta tiene una escala inmersiva y potencia a partir de esto, todas las sensaciones que genera observar las pinturas de Wynnie y las piezas de Maria, insertando al lxs espectadorxs en una atmósfera particular.  ¿Qué procesos y desafíos implicó esta exposición para ambxs artistas?

Wynnie Mynerva:. A ambxs nos interesó retarnos el sacar la presencia de las paredes blancas como elemento. Esto implicó realizar una obra a escala mayor que supondría ver la obra finalizada  en los días de montaje. Por mi parte  teniendo en cuenta que la pintura desde su  historia también se ha convertido (entreotrascosas) en un fetiche de consumo me interesaba desarmar esa estrategia.  Utilizar la pintura como medio para modificar  y tocar la arquitectura. Pasar de ser colgada en un pared a tomar el espacio de exhibición para construirlo. Dejar de ser un objeto de consumo para enredar al espectador en una experiencia planeada y pensada para un tiempo y lugar específico, que fuera de él sea obsoleto.

Por otro lado me interesó una escala mayor para remarcar el suceso de  estar presente a un Para/parad/iso, es decir  está presente la  inquietud de dejar absorto al que observa desde el suelo. Ya desde  la tradición católica las iglesias estaban repletas de imágenes del piso al techo para generar la misma impresión, de alguna forma la fui adoptando como método. Lo diferentes sería que en esta exhibición veneramos a seres no binarios, amorfos, de tacones altos, de uñas enredadas, de anos prolapsados, de boca lubricada , de heces, de ternura…

Maria Abaddon:. Las piezas se disponen formando tractos y recovecos. Entonces la sala se convierte en organismo vivo y paisaje en la cual la escala abruma y a la vez invita a la permanencia del público expectante (se lxs traga). Para lograr esto nos apoyamos en el gran formato y en la producción constante. En lo personal fue un gran reto producir piezas textiles en la cantidad y dimensiones necesarias para Paradiso. Principalmente me basé en el uso del bordado, tejido a crochet y fieltro mojado y de aguja para dialogar desde una labor escultórica blanda de acabados suaves, cálidos y peluda. Esta dualidad del formato grande, la imagen violenta y la apariencia apapachable funciona a modo lúdico, mediando un discurso de cuerpos entretejidos, seres sin rostro, hongos multiplicándose sobre las superficies, etc.

M.L.M:. Esta muestra pone en diálogo el trabajo de Wynnie y Maria. ¿Qué aportes, potencialidades y/o lecturas nuevas creen que se generan a partir de esta convivencia?


W.M:. Pienso en la obra de María como aquello que está dentro, las vísceras, los litros de sangre, los huesos y músculos que se retuercen buscando nuevas formas para  constituirse, que son organismos unicelurares pero también son sistemas complejos.  En mi obra está lo que completa aquella imagen del cuerpo, aquello que está fuera, lo falso, la cultura que es como ponerse un buen labial rojo, el ¿qué hacer con el cuerpo y en qué límites lo arrastramos?. En ese sentido abarcamos diferentes sentidos que se complejizan  y aterrizan  en el desdén por lo humano que lo ha corroído todo. Hacer explotar los caminos  por los cuales hemos hecho materia e ideología del cuerpo, porque sí.

M.A:. Recuerdo conversaciones en las cuales yo me quería sacar los pechos y Wynnie quería ponerse 3; o elle me comentaba sobre su operación en la cual cerró su vagina y yo respondía en que me gustaría tener más huecos. En un mundo donde incluso lo transgresor es constantemente parametrado, nos hemos encontrado en la deriva.

M.L.M:. ¿Qué es lo que resulta más interesante/atrapante a cada unx del trabajo de le otrx?

W.M:. Quisiera compartir una lectura completamente personal pero  que me toca de una forma especial cuando pienso que parte de la vida de un artista  se inserta en el quehacer del arte. Tal vez mi lectura es diferente porque estoy al otro lado de la orilla, desde la no maternidad/paternidad, una mirada ajena.   Recuerdo los días en los cuales elaboramos las obras, en el proceso de gestación, creación e instalación de la muestra,  en la elaboración de Paradiso. En  los momentos en lo que María  nos ponía en contacto con el cariño y ternura con el que cuidaba a su hijo. Pienso  que aquellas emociones también fueron tejidas en el fieltro, que abordar la lana implicaba un tipo de ternura y cuidado similar. Una calidez  de los materiales que podrían ser un cuarto de diversión  visual para cualquier niñx.

M.A:. Me parece destacable la habilidad de Wynnie para apropiarse de lo normado, del dogma, de lo hegemónico, y transformarlo/excretarlo/lactarlo/squirtearlo como algo suyo. Su capacidad para insertarse en una narrativa católica, machista, clasista, etc y salir campante es algo que quiero ver más en este mundo, algo en lo que quiero creer. La posibilidad de ser a pesar de todo. 

M.L.M:. En el primer párrafo del texto curatorial de Miguel A. López señala “(…) Percibo en estas obras el sudor de muchas batallas compartidas. Para que estas imágenes existan, ustedes han tenido que sobrevivir; han recorrido y ampliado los caminos que otres antes abrieron allí donde solo había muros impenetrables. ” ¿Qué experiencias, lecturas y/o reflexiones nos pueden compartir de la implicancia de estos trabajos en el contexto de Lima?

W.M:. Pienso que haber sido socializada como  mujer en Lima fue una tragedia, como lo he venido narrando desde otros proyectos, ha sido crecer y creer en un paisaje violento, de tener siempre una consciencia del rol que interpretaba en la sociedad, de vivir en defensa. Y definitivamente ello a marcado mi inquietud por salir de esa norma, de construir mi propia reasignación sexual, de negarme a la maternidad, de no temer ser unx exiliadx del género, de pornografíar mi intimidad  para la multitud.

M.A:. Lima hiede a la normatividad. Mi apariencia es poco ortodoxa, cara tatuada, ojos pigmentados, lengua partida, cocktails de hormonas… pero sigo con miedo. Modifico mi apariencia porque ya no quiero tener miedo, ahora quiero ser el monstruo.